¡No hay pretextos!
Valentía y determinación en el deporte de alto rendimiento
Hace algunas semanas, concluyó uno de los eventos deportivos más importantes en todo el mundo. Me refiero a los Juegos Olímpicos 2024, que este año tuvo como sede la ciudad de París en Francia.
En esta justa deportiva, atletas –los mejores de todo el mundo- compitieron en las diferentes disciplinas que el olimpismo internacional considera para este tipo de eventos.
Un ejemplo de grandeza
Delegaciones olímpicas de los cinco continentes dieron muestras de la grandeza del ser humano al convivir de manera armoniosa y con buena voluntad, dejando de lado las diferencias étnicas, religiosas y políticas.
Nuestro país no fue la excepción ante tal compromiso deportivo, y en la mayoría de los casos, nuestros atletas mostraron una gran dedicación y compromiso personal ante dicho evento.
Es impresionante y admirable las historias de vida de nuestros atletas y cómo sus familias tuvieron que sortear una serie de grandes dificultades económicas para que sus hijos tuvieran la preparación necesaria y representaran dignamente a su país.
A pesar del poco o reducido apoyo –económico, social, cultural, educativo y empresarial- que el deporte olímpico tiene en nuestro país, estas familias no se rindieron ni cayeron en la victimización por el nulo o escaso apoyo que sus hijos necesitaban y no recibían.
La actitud es lo fundamental
Sin embargo, la actitud de estos padres de familia fue la de encarar los compromisos y las dificultades con valentía y visión, jamás cruzándose de brazos o permaneciendo de manera pasiva, ya que el éxito y desarrollo de sus propios hijos estaba en juego.
Este gran ejemplo de las familias de los atletas olímpicos de nuestro país nos debe hacer reflexionar sobre la grandeza interior que como seres humanos podemos desarrollar en bien de nuestros hijos y familias.
Que a pesar de la oposición, nuestro carácter y determinación son aún mayores que los obstáculos que la vida pone en nuestro camino, y que al igual que esos jóvenes que lograron el éxito olímpico, también nosotros podemos contribuir al éxito en la vida de nuestros propios hijos.
"No hay pretextos, solo acciones en favor de nuestra familia" Muchas gracias.