México y la Ruta hacia la Paz: Inteligencia, Dignidad y Unidad
Coordinación entre gobiernos: un cambio necesario


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¿Es posible pacificar a México? La respuesta de Omar García Harfuch es un rotundo y esperanzador "Por supuesto que sí".
Lejos de las soluciones mágicas, la Secretaría de Seguridad apuesta por una fórmula que ya ha probado su éxito en la Ciudad de México y que ahora se escala a nivel nacional: Coordinación, Inteligencia y Dignificación Policial.
El poder de la Continuidad
Uno de los pilares más fuertes de esta nueva etapa es el aprendizaje. Harfuch subraya que la seguridad no puede reinventarse cada seis años. Al igual que instituciones sólidas como la Marina o el Ejército, las policías civiles necesitan continuidad.

La estrategia actual busca que las policías estatales y fiscalías no dependan de "quién está al mando", sino que sean instituciones fuertes, confiables y permanentes.
Dignificar a Quienes nos Protegen
Un aspecto profundamente humano de la entrevista fue el énfasis en el policía como persona. Para tener seguridad de calidad, necesitamos cuidar a quienes nos cuidan:
- Mejores sueldos.
- Proyecto de vida y carrera.
- Protección institucional.
Cuando un policía se siente respaldado y valorado, su compromiso con la ciudadanía se multiplica.
"Dignificar a la policía no es solo pedir respeto hacia afuera, es tratarlos bien en su propia casa", señaló Harfuch.
Coordinación Real, no de Papel
Se acabaron las reuniones de café. La coordinación actual entre el Gobierno Federal y los Estados (sin importar colores partidistas, como se ha visto en Guanajuato) se traduce en operaciones directas.
Gracias a esta unión y al uso de inteligencia avanzada, se han logrado reducciones significativas, como el dato compartido de una baja del 37% en homicidios en el último año, producto de miles de detenciones de alto impacto.
Un Futuro Posible
La seguridad es medible y, por tanto, mejorable. Con una estrategia que prioriza la investigación sobre la fuerza bruta y la unidad sobre la división política, México avanza por un camino firme.
La paz no es un sueño lejano; es una construcción diaria en la que, con paciencia y estrategia, estamos ganando terreno.









