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Bernardo perdió a su familia por ser novio de “la mona”

12 diciembre, 2022
Bernardo perdió a su familia por ser novio de “la mona”

Andar tomado de la mano con “la mona” hizo sentir poderoso a Bernardo Suárez. Un hombre que al estar acompañado del polvo blanco día y noche creía que era imparable y se sentía superior a los demás. Fue bonita la fantasía mientras duró, pero su realidad se manchó de oscuridad y soledad. Sin embargo, la vida le tenía una segunda oportunidad y encontró la luz de su nuevo caminar en un Centro de rehabilitación de Monterrey. 

“¿Para qué quieres eso? No hay necesidad de eso”. Son cuestionamientos y afirmaciones de un hombre que duró 20 años bajo el yugo de la cocaína y las drogas; pero quien decidió tomar las riendas de su vida y transformar los días que le quedan para hacer el bien.

Bernardo Suárez es oriundo de Monterrey, Nuevo León, México; en entrevista para Malala Academia IAP compartió que a los 29 años se encontraba manejando con una acompañante muy particular… Una bolsita de cocaína que en tres segundos le regaló una vida nueva.

En su mente se sentía como un súper hombre. No le daba hambre y aguantaba la jornada laboral y todas las actividades del día. Además, “la mona” no era celosa, y le permitía echarse sus botellas de alcohol mientras andaba con ella. A su vez, le mostraba su afecto cuidando su físico puesto que, según Bernardo, “no se le notaba”.

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¡Qué fantasía tan compleja y dolorosa de romper! El efecto de la cocaína le daba a Bernardo la felicidad que anhelaba pero sólo por momentos, pues ya que llegaba el bajón “era inmensamente triste” pues sufría de angustia, de tristeza, de desesperación y de mucha ansiedad.

Desconocemos el motivo por el que Bernardo decidió abrir la primera bolsa de cocaína. Lo que sí sabemos es que a sus 55 años se quedó sin familia. Con voz entrecortada platicó que un día llegó a su casa y no encontró a nadie, por lo que decidió marcarle a su esposa para saber dónde se encontraban ella y sus hijos; al colgar, cayó profundamente dormido.

Con los ojos adormilados y cubiertos con lagañas, la vista borrosa y el efecto que dejan las drogas abrigó a Bernardo; pero la soledad provocó su despertar, pues al voltear a las cuatro paredes de su habitación, recorrer la casa y notar que no había nadie junto a él, lo hicieron darse cuenta que estaba solo.

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La desesperación inundó su corazón. Su familia no estaba y quizá no regresaría. ¿Para qué vivir sin ellos? Ahorcarse fue su opción para ponerle fin a su infierno. Pero, la vida no lo abandonó. Su esposa llamó y le confesó que había ido a casa pero que él estaba muy dormido, que lo veía más tarde en casa. El regalo de volver a ver a su esposa y sus hijos fue el detonante para decir la verdad: “Necesito ayuda, porque no puedo”.

Así empezó un arduo camino para deshacerse de su novia tóxica. “La mona” se aferraba a Bernardo, pero en el año 2017 decidió entrar a un centro de rehabilitación. Hoy, este lugar y Dios, son su refugio.

Poco a poco la rehabilitación surtía efecto en este hombre. Pero, en medio del proceso, tanto él como su esposa decidieron ponerle fin a la relación. Son amigos y él sigue conviviendo con sus hijos, por lo que la separación no fue un detonante para recaer y buscar a “la mona” para llenar el vacío.

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Ya son cinco años desde que Bernardo le dijo adiós a “la mona”. Ahora, ya no anda perdido por la vida. Allí por la colonia Independencia, entre 7:30 a 9:00, puedes encontrar a un hombre que le gusta convivir con su grupo y compartir su testimonio. El nombre de la colonia le hace frente a su nuevo estatus de vida… Hoy es independiente y libre de drogas.

Al saber lo feo que es recorrer el mundo de las drogas, está consciente que los jóvenes son muy vulnerables, pues cuando las drogan los tocan, ya no hay regreso porque se convierten en esclavos de la droga.

Por tal motivo, recorre las calles compartiendo su historia acompañado de sus amigos y cuando nota que jóvenes están queriendo conocer a “la mona”, les pregunta: “Para qué quieres eso” y les responde: “No hay necesidad de eso”, puedes bailar al son del compás y disfrutar la buena vida sin ella. Porque él sabe que la fantasía de las drogas, no da la felicidad.

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