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Amor de cancha en Culiacán: Guadalupe y Saira convierten su pasión por el fútbol en una escuela de vida

El amor por el futbol unió a Guadalupe y Saira en Culiacán, y hoy su escuela Atlético Guada inspira a decenas de niños en el fraccionamiento Los Ángeles

16 octubre, 2025
Guadalupe Salcido y Saira Gutiérrez comparten mucho más que el amor por el futbol: juntos dirigen la escuelita Atlético Guada en el fraccionamiento Los Ángeles, donde forman con pasión y disciplina a niños y jóvenes en el Parque Topanga. | Imágenes de Francisco Castro
Guadalupe Salcido y Saira Gutiérrez comparten mucho más que el amor por el futbol: juntos dirigen la escuelita Atlético Guada en el fraccionamiento Los Ángeles, donde forman con pasión y disciplina a niños y jóvenes en el Parque Topanga. | Imágenes de Francisco Castro

A un costado de la carretera a Imala, entre árboles, risas y el sonido de balones golpeando el pasto sintético, el Parque Topanga se convierte cada tarde en el corazón deportivo del fraccionamiento Los Ángeles

En este remozado espacio, José Guadalupe Salcido Reyes y Saira Gutiérrez Sánchez dirigen Atlético Guada, una escuelita de futbol nacida del amor: amor al deporte, a la enseñanza y, claro, el amor que los unió hace más de una década en una cancha como esta.

Atlético Guada participa actualmente en torneos locales tanto en la zona de Los Ángeles como en La Isla Musala, en categorías que van desde Panda (5 años) hasta Juvenil (15 años).
Atlético Guada participa actualmente en torneos locales tanto en la zona de Los Ángeles como en La Isla Musala, en categorías que van desde Panda (5 años) hasta Juvenil (15 años).
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Lo que comenzó como una pasión compartida entre dos jóvenes futbolistas, hoy es un proyecto que reúne a más de 40 niños y niñas de entre 5 y 15 años, y que poco a poco se ha consolidado como un espacio de formación, disciplina y esperanza para muchas familias del sector nororiente de Culiacán.


Donde todo comenzó

José Guadalupe —conocido como Guada, de ahí el nombre del club— recuerda con una sonrisa los primeros años:

“Desde 2004, más o menos, estamos aquí, en esta canchita. Surgió apoyando a un compañero, y desde entonces nos quedamos. Todo nació por el amor al deporte y por querer que los niños lo practicaran”, cuenta con humildad para Tus Buenas Noticias, mientras observa cómo un grupo de pequeños corre tras el balón.


Su historia con el futbol comenzó mucho antes. De joven, Guada fue convocado por el equipo de Morelia, pero una firma que nunca se concretó cambió su destino. Hoy no se lamenta.

“No me fui, pero sigo en el futbol, que es lo que amo. Juego en ligas libres y veteranos, y ahora mi satisfacción es ver crecer a los niños deportivamente”.

Un proyecto que creció con amor

Saira, su compañera de vida y de cancha, sonríe cuando recuerda cómo se conocieron

“Nos conocimos jugando futbol, aquí mismo en Los Ángeles. Él entrenaba un equipo y coincidimos en la cancha. De ahí surgió todo”, relata con una mezcla de nostalgia y orgullo.


Juntos han construido no solo un matrimonio sólido, sino una verdadera escuela familiar. Sus tres hijos —de 5, 12 y 15 años— también forman parte de Atlético Guada. 

“Los tres juegan futbol, los traemos siempre con nosotros. A veces se vuelve cansado, sí, pero nos gusta, nos apasiona. Para nosotros, esto no es trabajo, es parte de nuestra vida”, explica Saira, mientras acomoda los conos para el siguiente ejercicio.

La pareja comparte las tareas del hogar y del campo sin que una interfiera con la otra. “Nos apoyamos mucho. No lo vemos complicado, porque nos gusta lo que hacemos. Si no, sería distinto”, dice Guada. 

Saira coincide: “Hay días que sí cuesta, por las escuelas, los pendientes, pero uno se organiza. Para mí, estar aquí es una terapia, se me olvida el estrés, me llena de energía”.

“Nos llena de orgullo ver a los niños mejorar, verlos sobresalir y ser llamados por otros equipos. Esa es la verdadera recompensa”, dice José Guadalupe, con la serenidad de quien entiende que sembrar es más importante que cosechar rápido.
“Nos llena de orgullo ver a los niños mejorar, verlos sobresalir y ser llamados por otros equipos. Esa es la verdadera recompensa”, dice José Guadalupe, con la serenidad de quien entiende que sembrar es más importante que cosechar rápido.

De una pausa a un nuevo comienzo

El proyecto tuvo un descanso prolongado. “Estuvimos en esta misma cancha desde 2013, cuando todavía era de tierra”, recuerda Saira. “Duramos varios años entrenando, pero mi esposo consiguió un nuevo cargo en su trabajo y los horarios ya no nos daban. Tuvimos que pausar.”

A inicios de 2024, una llamada lo cambió todo: “Nos invitaron a regresar y retomamos los entrenamientos. Desde enero estamos otra vez aquí, y la respuesta ha sido muy buena”, cuenta.

Actualmente, entrenan martes y jueves de 5 a 7 de la tarde, y los viernes, una hora más ligera, de 5 a 6. Los fines de semana son de partidos, emoción y adrenalina. 

“A mí me encanta esa parte —dice Saira entre risas—. Cuando ganamos, me emociona mucho; y cuando perdemos, también salgo contenta, porque sé que los niños lo dieron todo”.


Más que futbol: una escuela de vida

Atlético Guada no solo enseña técnica y táctica. Para sus fundadores, el futbol es una herramienta para formar personas integrales.

“El mensaje que siempre les doy a los muchachos —comenta Guada— es que jueguen con amor al deporte. No para quedar bien con la gente, sino porque lo disfrutan. Primero ellos, luego los demás. Que jueguen con pasión y respeto”.

Saira complementa esa filosofía con una mirada social: “Nos gusta pensar que estamos ayudando a los niños a alejarse de los vicios, del encierro con los videojuegos o el celular. Queremos que vean que hay algo más allá: correr, convivir, reír con los compañeros. Es una forma de mantenerlos activos y felices”.

El matrimonio reconoce que el papel de los padres de familia es fundamental. “Ellos son nuestro respaldo. Muchos también juegan futbol y motivan a sus hijos. Les dicen ‘échale ganas’, ‘sigue entrenando’, y eso vale mucho. Sin los papás, esto no sería posible”, asegura José Guadalupe.

La cancha, su segundo hogar

El Parque Topanga se ha convertido en su punto de encuentro, su casa deportiva. “Aquí estamos desde hace muchos años, y aquí queremos seguir. Tenemos la página en Facebook ‘Atlético Guada’ y nuestros números (667-581-9191) para quien quiera venir. Las puertas —y la cancha— están abiertas para todos”, comenta Guada.

A medida que cae la tarde y las luces del parque se encienden, Saira reúne a los pequeños para una charla final.

Les recuerda que el respeto es tan importante como el gol, que la disciplina también se entrena y que ganar o perder no define a un equipo. Ellos la escuchan atentos, algunos con los tacos colgando de una mano y la pelota bajo el brazo.

Y así, entre risas, indicaciones y abrazos, la escuelita Atlético Guada sigue creciendo, un gol a la vez. No solo forma jugadores: forma sueños, valores y comunidad.




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