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El heladero que canta y baila mientras lucha contra la epilepsia en San Ignacio

Con su triciclo, bocina y baile, recorre las calles de San Ignacio ofreciendo helados de fruta natural y un mensaje de vida

9 septiembre, 2025
Entre el calor, la música y su enfermedad, este hombre de 52 años nunca deja de luchar ni de sonreír.
Entre el calor, la música y su enfermedad, este hombre de 52 años nunca deja de luchar ni de sonreír.

San Ignacio, Sinaloa.- La música siempre ha sido su compañera, aunque con el paso del tiempo no solo cambio su manera de transportar su mercancía, sino el tamaño de su bocina, pues ha sabido administrar su dinero.

Juan Ramón González Valverde, tiene 52 años de edad, y veinte dedicados a la venta de helados, pero solo en temporada de calor, mientras que los demás meses, los dedica a reparar, lustrar y pintar calzado, e igual lo hace con su cajón de madera colgado al hombro sin faltar su banco en el que se sienta para hacer su trabajo.

La necesidad de emprender

Con su peculiar sonrisa, relata que inició en las ventas por necesidad, pues sufre de epilepsia y en ningún lugar le daban trabajo de planta debido a su enfermedad, por lo que tenía que adquirir sus medicamentos y aportar para los gastos en su hogar donde vive acompañado de su mamá.

“En una ocasión le dije a mi mamá que se había ocurrido la idea que me hiciera helados para salir a vender por las calles, y comencé con u carrito de los que se jalan, que usan algunas personas para el mandado, ahí metía una hielera pequeña y mi bocinita que no me hiciera falta” expresó.


Indicó que de repente le ofrecían trabajo en alguna obra porque de repente le podía dar un ataque y caer y golpearse, 

Dijo que los sabores que ofrece son de tamarindo, ciruela, guayaba, mango con chile, piña y guanabana, todos de fruta natural, estos los hacen entre él y su mamá, quien tiene más de 70 años de edad.

Juan Ramón lleva 20 años vendiendo helados, cuidando a su madre y demostrando que la enfermedad no lo detiene.
Juan Ramón lleva 20 años vendiendo helados, cuidando a su madre y demostrando que la enfermedad no lo detiene.

Por lo regular dice que vende todos los helados, pero no supo decir cuantas piezas en total, pero dijo calcular que son algunas 40 piezas al día, añadiendo que lo que busca la gente es refrescarse, por lo que a partir de las 10:00 horas de la mañana, ya anda recorriendo las calles a bordo de su triciclo al que le adaptó un paraguas y una gran bocina con un micrófono por medio del cual anuncia su mercancía, y hasta se da el tiempo de bailar, y a las 14:00 horas ya está de regreso en su hogar, aunque indicó que el sol le hace daño.

Aun a pesar de su enfermedad, Juan Ramón no pierde la alegría, siempre lo podemos ver cantando, bailando y con su bocina sonando, cualquier tipo de música, el chiste dijo, es que la gente se anime a comprar, “lo mejor es que la gente vea que la enfermedad no me detiene, que no me impide ser feliz, que vean que le hecho ganas y que no ando de flojo por las calles” expresó.

Juan Ramón lleva 20 años vendiendo helados, cuidando a su madre y demostrando que la enfermedad no lo detiene.
Juan Ramón lleva 20 años vendiendo helados, cuidando a su madre y demostrando que la enfermedad no lo detiene.

Juan no se casó ni tuvo hijos, por lo que serenamente dice que se hace cargo de su mamá y ella de él, pues él aporta lo que saca de las ventas y como zapatero, ella su pensión del Bienestar, que son las únicas entradas de dinero en su hogar.

Así mismo dijo que cuando le llega a dar un ataque, comienza a sentir que se le nubla la vista, por lo que procura sentarse para no golpearse, “antes me daban más fuertes, lo bueno que la gente ya sabe y me auxilia, gracias a Dios, nunca me han dejado solo, me sientan y esperan a que me pase, a veces tardo hasta media hora para recuperarme” mencionó.

Juan Ramón lleva 20 años vendiendo helados, cuidando a su madre y demostrando que la enfermedad no lo detiene.
Juan Ramón lleva 20 años vendiendo helados, cuidando a su madre y demostrando que la enfermedad no lo detiene.

Por último envió un mensaje a las personas que están en sus casas sin hacer nada aun cuando tienen necesidad y no están impedidos para trabajar, a que le hagan la lucha de hacer algún negocio, así como él, que le busquen, y a aquellos que se sienten impedios para realizar una actividad que se animen, y de seguro podrán sacar para las tortillas.





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