Con tortillas de harina, tres guisos y mucha esperanza, Araceli inicia su propio negocio en Alturas del Sur
A sus 45 años, Araceli Martínez decidió empezar desde cero vendiendo burritos y tortillas de harina en una mesita con tres ollas.
Araceli Martínez tiene 45 años, vive en Alturas del Sur desde hace tres años y, como muchas mujeres, está dispuesta a luchar por su espacio y su sustento.
“Hoy es mi primer día”, dice con una mezcla de nervios y esperanza mientras acomoda sus tres ollitas sobre una mesa sencilla. Ahí, justo en la curvita de Francisco Corneta, detrás del CEDIS, empezó su nuevo negocio de burritos.
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Un emprendimiento con buen sabor
“¿Qué hago aquí? Pues hago burritos, tortillas de harina. Ahorita tengo de bistec, chicharrón y guisado… y los frijolitos, que no nos faltan”, cuenta con una sonrisa avergonzada para Tus Buenas Noticias. No tiene local, no tiene anuncio, pero tiene lo más importante: ganas, sazón y el apoyo de su esposo.
“Estoy casada. Y mi esposo me ayudó para emprender. Me echó la mano y me motivó para emprender”, dice con orgullo. No todos empiezan con tanto respaldo, y Araceli lo sabe.
Desde temprano encuentras los burritos
Desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde piensa estar todos los días en la misma esquina.
No tiene hijos, así que aprovecha el tiempo para dedicarse a su venta con toda la atención que requiere.
“Nomás con que me dé para comer… que le dé a uno para comprar las tortillas para la casa”, dice con sinceridad. No aspira a volverse famosa ni a tener cadenas de burritos, solo quiere que su esfuerzo le alcance para vivir con dignidad.
Exquisitos burritos de guisos
Aunque apenas va empezando, sabe que todo llega “poco a poquito”. Con 25 pesos puedes probar uno de sus burritos y, de paso, llevarte una muestra del cariño con el que los cocina.
Porque como ella misma dice, en casa siempre ha tenido que cocinar todos los días, y ahora lo hace también para sus vecinos.
Así es como, en silencio y sin reflectores, Araceli se suma al grupo de mujeres que todos los días sacan adelante a sus hogares desde una banqueta, una mesita y el corazón bien puesto.
Porque en Alturas del Sur, también se cocina el valor y tiene muy buena sazón.
