Con precios justos, Adela y Agustín venden frutas y verduras en Alturas del Sur
Esta pareja de comerciantes sale todos los días de su hogar para ofrecer sus productos a sus vecinos.

Todos los días, desde el mediodía, Adela Bueno se acomoda frente a la tortillería Romina, en Alturas del Sur.
Ahí, entre cajas de tomates, pepinos y plátanos, acomoda con paciencia cada fruta y verdura que ofrecen junto a su esposo, Agustín Ramos. Aunque él no siempre puede estar, ella nunca falta. Dice que lo acompaña porque así es como caminan juntos en la vida: apoyándose.
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Tienen más de un año vendiendo en esa esquina. No se saben el nombre de la calle, pero cualquiera que viva por ahí sabe llegar.
Basta con decir que están atrás del CEDIS y justo frente a la tortillería. “Ahí llega”, dice Adela con sencillez. Y sí, ahí llegan. Porque su trato amable y los precios justos han hecho de su puesto un lugar confiable para los vecinos.
Agustín ha trabajado toda la vida en el mercado de Abastos. Ha sido “frutero”, como él dice, y siempre entre frutas y verduras.
Adela también viene de esa vida. Se conocieron entre el movimiento del mercado y desde entonces han compartido oficio y esfuerzo. “Tiene que apoyarlo uno”, dice ella con firmeza, con ese tipo de amor que no necesita adornos.
Todo listo desde temprano

Desde temprano alistan todo y se mantienen ahí, bajo el sol o con lluvia, hasta que cae la tarde. No descansan ni los domingos. Lo hacen porque saben que en estos tiempos difíciles, hay que buscarle de donde se pueda.
“Todo es barato, no damos arriba de lo que es”, asegura Adela. Saben que las cosas no están fáciles, por eso tratan de ayudar también al bolsillo de sus clientes.
Tienen un solo hijo en común, pero más allá de eso, han construido una vida juntos, basada en la honestidad del trabajo diario.
Buscan crecer en su emprendimiento

Sueñan con crecer, tal vez tener otro punto de venta más adelante. Pero por lo pronto, están agradecidos con lo que tienen y con la gente de Alturas del Sur que los ha hecho parte de su rutina.
No tienen anuncios vistosos, pero su constancia habla por ellos. Y es que como dice el dicho: "El que trabaja con el alma, siempre da buen fruto". Y Adela y Agustín lo demuestran todos los días en esa esquina de Alturas del Sur.