¡Nunca se rinde! José Reyes, el vendedor de frutas que enfrenta la vida con una sonrisa en Culiacán
Cuando la vista falla, pero el alma no: José Reyes Rodríguez, testimonio de resiliencia y orgulloso de constar con un trabajo honesto en Culiacán


Culiacán, Sinaloa.- Aunque la vida le ha puesto obstáculos en el camino, José Reyes Rodríguez ha decidido no rendirse. Con una sonrisa serena y una actitud que inspira, el hombre de 47 años se ha convertido en un ejemplo de resiliencia y trabajo honesto.
José vende frutas y regala sonrisas en Culiacán
Desde hace más de cinco años, José se dedica a vender fruta de temporada al aire libre como en el tianguis que se instala cada viernes en la colonia Guadalupe Victoria y en el centro de Culiacán el resto de la semana.

¡Recibe las últimas noticias!
Siempre ofrece productos frescos, de calidad, y sobre todo, un trato amable que los clientes reconocen y agradecen. En esta temporada, su mesa se pinta de amarillo con los mangos que cuidadosamente acomoda para vender.
Antes de dedicarse al comercio ambulante, trabajó durante muchos años en la fabricación de ladrillos, una labor dura y demandante que finalmente le afectó la vista.
“La lumbre, trabajar de noche, no tener los cuidados necesarios… causaron que ya no viera bien. Dejé ese trabajo porque si no, me iba a quedar ciego”, compartió con nostalgia.
Aunque sufre por la disminución de su visión, José no ha bajado los brazos. Reconoce que le gustaría que un especialista lo revisara, pero no cuenta con los recursos para hacerlo. “Las ventas no están muy buenas y no me alcanza, pero aquí seguimos”, dice con esa entereza que conmueve.
A pesar de las adversidades, disfruta lo que hace. Aunque no es el dueño del negocio, agradece tener una actividad que lo mantiene activo, rodeado de personas buenas con las que puede convivir a diario. “A lo menos saco unos pesos para llevar el sustento a la casa”, afirma con humildad.

En tiempos donde muchos se dejan vencer por las dificultades, José Reyes Rodríguez nos recuerda que la voluntad y el trabajo digno pueden más que cualquier tormenta.
Su historia es la de miles de personas que, con esfuerzo silencioso, sostienen no solo a sus familias, sino también los valores más profundos de nuestra sociedad: la dignidad, la constancia y la esperanza.