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Nath Salazar es la artista callejera de Culiacán que decidió vivir del arte urbano

Ha recorrido semáforos, plazas y escenarios con fuego, hulahops y clown. Vive del arte que la hace feliz con su historia de lucha, pasión y talento

16 julio, 2025
Descubre la historia de Nath Salazar, una artista callejera en Culiacán que vive del arte urbano con pasión y talento.
Descubre la historia de Nath Salazar, una artista callejera en Culiacán que vive del arte urbano con pasión y talento.

Cuando ves a Nataly Salazar en la calle con sus hulas girando o haciendo malabares con fuego, no imaginas la historia que hay detrás.

Nath no solo es una artista urbana: es mamá, actriz, artesana, clown, y sobre todo, una mujer que se ha mantenido firme en su decisión de vivir del arte. “Yo no me veo haciendo otra cosa que no sea esto”, dice segura para Tus Buenas Noticias.

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Una vida de dedicación

Nath Salazar es una artista urbana que disfruta su trabajo.
Nath Salazar es una artista urbana que disfruta su trabajo.

Nacida en Culiacán, Nataly Salazar Hernández, tiene 33 años y una hija de 12. Comenzó joven su camino en la vida adulta, y desde entonces no ha parado.

“Tenía 22 cuando nació mi niña. Yo estaba en la universidad, fue muy difícil, pero lo saqué adelante”, cuenta. Estudió Ciencias de la Comunicación y aunque no ha recibido su título aún, completó todos sus estudios en la Universidad Autónoma de Occidente.

Pero su verdadera vocación se manifestó fuera del aula: en el arte callejero.

“Siempre me gustó, pero era muy tímida”, recuerda. Fue en la universidad cuando conoció a Alejandra Benítez, quien la llevó a la Compañía de Teatro de Calle del ISIC. “Ahí me animé. Aprendí rápido, tengo buen equilibrio, y de repente ya era parte del elenco”, dice sorprendida.

El arte urbano y la artesanía

Nath perfeccionó sus habilidades de teatro, pantomima, clown, zanquería, malabares y multihop con hulas.
Nath perfeccionó sus habilidades de teatro, pantomima, clown, zanquería, malabares y multihop con hulas.

Con el tiempo, Nath perfeccionó sus habilidades: teatro, pantomima, clown, zanquería, malabares y multihop con hulas. También viajó por el país viviendo del arte urbano y la artesanía. “En verano no se podía estar en Culiacán por el calor. Nos íbamos a donde estuviera fresco y también hubiera buena economía”, explica.

Durante esa etapa, ser madre cambió la manera en que se presentaba. “No me gustaba que me dieran dinero solo por ver a la niña conmigo en el semáforo. Yo sé hacer las cosas, quería que valoraran mi trabajo”.

Por eso dejó los semáforos y se enfocó en la artesanía, que le daba un entorno más seguro y cómodo para cuidar de su hija.

El regreso a su ciudad

Nath ha tenido la oportunidad de participar en distintas compañías.
Nath ha tenido la oportunidad de participar en distintas compañías.

Regresar a Culiacán fue un punto clave. “Llegué con todas las ganas. Me metí a cursos, a colectivos, busqué maestros. Ya sabía lo que quería”, dice.


Fue así como entró al grupo “La Terca Teatro” con la directora Teresa Díaz del Guante, participando en obras con contenido social como “Aroma”, sobre las madres rastreadoras, y “Sabueso”, un monólogo con el que fueron de gira nacional.

Nath se formó también con el maestro Esteban Rogel, a quien considera una figura clave en su evolución actoral. “Me enseñó muchísimo, es buenísimo”, asegura.

Hoy, además de presentarse en funciones callejeras con la Compañía del ISIC, combina su labor actoral con proyectos independientes. Su rutina incluye entrenamientos, ensayos, trabajo físico, y todo lo necesario para seguir creando. “Sé que un día el cuerpo se va a cansar, pero mientras pueda, yo quiero seguir haciendo esto”, dice con una sonrisa.

El arte es su forma de vida

Con sus diversos espectáculos Nath demuestra que el arte sí se puede vivir.
Con sus diversos espectáculos Nath demuestra que el arte sí se puede vivir.

Consciente de los prejuicios que existen sobre el arte como forma de vida, Nath responde con claridad: “Claro que se puede vivir del arte. Solo hay que tener las herramientas y saber cómo hacerlo. A mí me va bien. Vivo del arte y vivo feliz”.

Natalie ha construido su camino a base de pasión, esfuerzo y mucha autenticidad. Su historia inspira porque no romantiza la dificultad, pero tampoco deja de brillar en medio de ella. Y si algo tiene claro es que el arte no es su plan B, es su forma de vivir.

“Cuando trabajas en lo que te gusta y además puedes vivir de eso, amas más lo que haces. Y ya no lo quieres dejar.”


Dicen que del arte no se vive, pero Nath Salazar demuestra que sí. Y no solo se vive… se brilla.

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