Hilary es la futbolista de once años que defiende con el corazón en el Nido Águila de Culiacán
Desde los 4 años, Hilary Guadalupe ha hecho del futbol su pasión y sigue soñando en grande, con disciplina, goles y ganas de superarse.

A Hilary Guadalupe Reyes Arredondo se le ve feliz cuando está en la cancha. Corre, se barre, grita jugadas y defiende como si el marcador dependiera solo de ella. Tiene apenas 11 años, pero ya habla del fútbol con madurez y una seguridad que sorprende.
“Yo empecé a jugar porque veía a mi hermano en la cancha. Él jugaba en un equipo de la 21 de Marzo. Me gustaba mucho verlo y dije que yo también quería intentarlo”, cuenta para Tus Buenas Noticias.
Una vida enfocada en el deporte

Lo intentó... y se quedó. Desde los cuatro años, Hilary ha estado ligada al balón. Ingresó como “chuponcita”, la categoría para los más pequeños, y desde entonces no ha parado.
Primero fue mediocampista, después delantera, también fue portera por un tiempo y ahora encontró su lugar como defensa central. Ahí es donde más disfruta el juego.
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“Me gusta mucho lo que hago. A veces meto goles, y también me gusta tirar los tiros libres, pero lo que más me gusta es defender”, dice con una sonrisa que mezcla orgullo y emoción.
Una niña dedicada y perseverante

Hilary estudia en la Escuela Primaria Ramón F. Iturbe, donde cursa el quinto año. Aunque su rutina diaria incluye tareas, clases y responsabilidades escolares, el fútbol siempre tiene un espacio especial en sus días.
Lleva un año como parte del Nido Águila del Club América en Alturas del Sur, pero su camino en las canchas suma ya siete años.
En el Nido Águila, su entrenador actual, el profesor Luis Castañeda, ha visto en ella una jugadora comprometida y fuerte. Pero fue el profesor Ramón Ordóñez quien le enseñó las primeras bases cuando era apenas una niña que apenas alcanzaba el balón.
Un deporte, una pasión
"Desde chiquita me gustaba entrenar. Me gustaba mucho ir a los juegos, aunque fuera con los grandes. A veces me tocaba jugar con niños más grandes y no me daba miedo”, cuenta.
Además del Nido Águila, Hilary también juega en el equipo Jimper, en Sagarpa, donde las categorías son mixtas y hay jugadoras desde los 11 hasta los 20 años.
Ella está en la categoría sub11, pero ya ha compartido cancha con jóvenes mayores. Ahí es donde más ha aprendido a medirse, a defender con fuerza y a no dejarse intimidar.
“En Jimper veo jugar a niñas de hasta 15 y 20 años. Al principio sí me daba nervios, pero luego me di cuenta que si me esfuerzo, también puedo”, dice con seguridad.
Disciplina, respeto y trabajo en equipo
El fútbol la ha ayudado a crecer en muchos aspectos. Le ha enseñado disciplina, respeto, trabajo en equipo y también a tener sueños claros. Uno de ellos es llegar a jugar de forma profesional, aunque también tiene otro muy especial: “Quiero ser futbolista, pero también me gustaría ser maestra”, asegura.
Su familia ha sido parte fundamental en este camino. Su mamá, Karla, y su papá, Juan Carlos, la apoyan en cada paso. Son quienes la llevan a los entrenamientos, la animan cuando hay partidos difíciles y celebran con ella cada gol o buena jugada.
Su hermano Juan Carlos, que fue su primera inspiración, ahora la ve jugar con orgullo.
“Mi familia me apoya mucho. Me gusta cuando van a verme a los partidos. A veces también me dan consejos”, comparte Hilary.
Jugar es lo que más le gusta
Sus ojos se iluminan cuando habla de la cancha. Para ella no es solo un juego, es su espacio de alegría, de esfuerzo y de sueños. Ya sea en tierra o en pasto, con calor o en medio del polvo, Hilary siempre quiere estar ahí, haciendo lo que más le gusta: jugar fútbol.
En Alturas del Sur, ella es parte de una nueva generación de niñas que están demostrando que el deporte también es cosa de ellas, y que con disciplina se pueden romper barreras.
Hilary no solo defiende en la cancha. También defiende sus sueños, sus ganas de superarse y su amor por el fútbol.