La OSSLA emociona a todos en Navolato con un concierto inolvidable en la iglesia de San Francisco de Asís
Más de 45 músicos llenaron de arte y emoción la iglesia, cerrando con una vibrante “Cumbia 50”

La noche en la Iglesia San Francisco de Asís fue distinta. Algo en el aire se sentía más suave, más cálido, como si las notas musicales formaran una manta invisible que abrazaba a todos por igual.
Ahí, entre bancas, murmullos y miradas emocionadas, Navolato vivió un momento inolvidable con la presentación extraordinaria de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, dirigida por el maestro Samuel Murillo.

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"Desde el corazón de México"
No fue solo un concierto. Fue una experiencia que dejó huella. Bajo el nombre “Desde el Corazón de México”, el espectáculo reunió a más de 45 músicos en un repertorio cargado de identidad, talento y sensibilidad, que incluyó piezas de Juan Pablo Moncayo, Eduardo Gamboa, Tony Taño y del propio Murillo, cerrando con una interpretación que hizo levantarse a todos: la vibrante “Cumbia 50”.
“Cuando sonó la cumbia, sentí como si todos los sonidos de Sinaloa se juntaran en esa melodía… fue imposible no emocionarse”, comentó una de las asistentes.
La acústica del templo no solo respetó cada instrumento, la amplificó con elegancia. Las flautas susurraban, los violines contaban historias, y el ritmo sincopado de la percusión parecía latir con el corazón de quienes escuchaban.
Un concierto de gran magnitud

Gracias al trabajo conjunto del Instituto Navolatense de la Cultura y las Artes, el Instituto Sinaloense de Cultura y el Ayuntamiento de Navolato, se logró acercar un concierto de esta magnitud al municipio, como parte de la Temporada Primavera 2025 y en el marco del 50 aniversario del Instituto Sinaloense de Cultura.
“Fue un regalo para el alma. Nos recuerda que la música no necesita teatros enormes para brillar; basta con un espacio sagrado y oídos dispuestos a escuchar”, expresó Ricardo Rodríguez López, gerente general de la OSSLA.
El evento también fue posible gracias a la hospitalidad de los párrocos Elías T. Soto Castro y Juan Carlos Morales Moreno, quienes abrieron las puertas de la iglesia con generosidad y alegría.
Con iniciativas como esta, Navolato reafirma que la cultura también florece aquí, que el arte tiene raíces profundas en cada rincón del estado, y que cuando la música se interpreta con el corazón, se convierte en un puente directo hacia lo mejor del ser humano.
Porque hay noches que no se olvidan. Y esta, sin duda, fue una de ellas.