"El Pato" empezó vendiendo con dos cubetas y hoy surte a emprendedores en Navolato
Con 57 años y una hielera llena de lichis, Fernando “El Pato” Gutiérrez comenzó desde abajo. Hoy surte a otros vendedores y demuestra que con esfuerzo, todo es posible.

Fernando Gutiérrez tiene nombre de telenovela, pero en el rumbo de la vía del Ingenio todo el mundo lo conoce como "El Pato".
"Desde que iba a la escuela me dicen así, y la verdad no me molesta. Así me conoce la gente", dice entre risas, mientras acomoda unas bolsas de tomate recién salido del campo.
Tiene 57 años, es de El Bolsón, y desde hace décadas vende frutas y verduras en bolsita. Empezó desde abajo, con dos cubetas y mucho empeño.
"Me iba a pie por las calles, vendiendo verdura y fruta de temporada. Después me compré una bicicleta, luego un triciclo… así fui mejorando", cuenta para Tus Buenas Noticias.
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Sus inicios desafiantes como comerciante

Una de las cosas que marcaron su vida fue la ayuda de un ganadero del Rancho Los Tigrillos, que le prestó dinero para comprar su primera camioneta.
"Yo le surtía maíz. Me dijo: 'Fernando, ¿por qué no te compras una camioneta?' Le respondí que no me alcanzaba, y de la nada me ofreció prestarme. Me dio diez mil pesos, yo tenía cinco guardados, y me compré una camioneta que me costó doce", recuerda.
Con eso, la vida le cambió. "Ya es diferente. Ya vas al campo, compras directo, y puedes ofrecer productos más frescos. Como le digo a la gente: del campo a su mesa", dice con orgullo.
A lo largo del año adapta su venta a las temporadas. En verano, por ejemplo, vende lichis heladas en bolsitas de $25 y $50. En diciembre, lo ves en la bajada del río, por la central, con cacahuates, mandarinas y aguacates de San Miguel.
Una familia trabajadora
Su esposa, Martha Elena, y él viven en El Bolsón, pero todos los días madrugan para salir a trabajar. Tienen dos hijos y una nieta de 12 años.
"Gracias a Dios, mi hija ya se casó con un buen muchacho, y mi hijo me ayuda en lo que puede. No terminó la prepa, como muchos después de la pandemia, pero es trabajador", cuenta.
Es un apoyo para los emprendedores

"El Pato" también le da la mano a quien va empezando. Una de sus clientas, una joven que apenas inicia su venta, recibe de él tomates a buen precio. "Así empecé yo, desde abajo, y gracias a Dios ahora me va mejor. Si uno puede ayudar, hay que hacerlo", afirma con convicción.
No se considera ejemplar, pero sí alguien que le echa ganas. "He tenido bajadas y subidas, como todos. Pero Dios siempre me ha dado la mano. La vida cuesta, pero hay que puro pa' delante", asegura.
Porque como "El Pato" asegura, nadie es perfecto, pero todos podemos ser gente de bien si le buscamos la manera y en Navolato, vendiendo sus verduras El Pato hace mucho bien a la comunidad.