¿Sufres de presión arterial alta? bebidas que debes evitar
Controlar la presión arterial alta va más allá de reducir la sal; conoce cómo influyen el alcohol, el azúcar y la cafeína en las bebidas, qué riesgos implican y qué alternativas más saludables recomiendan los especialistas


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Mantener una presión arterial estable no solo depende de los medicamentos o de la actividad física, sino también de las decisiones cotidianas que se toman en la mesa. Entre ellas, el tipo de bebidas que se consumen juega un papel clave en el control de la hipertensión.
Aunque muchas personas se concentran en reducir la sal de los alimentos, especialistas coinciden en que revisar qué se bebe a lo largo del día puede marcar una diferencia importante para evitar que los niveles de presión se eleven y se agraven los síntomas.
¿Qué es la hipertensión arterial?
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica en la que aumenta la presión con la que el corazón bombea sangre a las arterias, para que circule por todo el cuerpo.
El sobrepeso y la obesidad pueden aumentar la presión arterial, suben los niveles de glucosa en la sangre, colesterol, triglicéridos y ácido úrico, lo que dificulta que la sangre fluya por el organismo.
Síntomas:
- Dolor de cabeza intenso.
- Mareo.
- Zumbido de oídos.
- Sensación de ver lucecitas.
- Visión borrosa.
- Dolor en el pecho y/o lumbar.
- Tobillos hinchados.

Bebidas que pueden elevar la presión arterial
La hidratación es fundamental para el organismo, pero no todas las bebidas son adecuadas para quienes viven con presión arterial alta. A continuación, un listado de las bebidas que pueden afectar:
- El alcohol, ya que su consumo frecuente o excesivo se asocia con incrementos sostenidos en la presión y con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y eventos cerebrovasculares. Además, el alcohol puede favorecer el aumento de peso, un factor que complica el control de la hipertensión. Otro riesgo relevante es la deshidratación, sobre todo en adultos mayores, quienes suelen percibir la sed cuando el cuerpo ya presenta un déficit de líquidos. Aunque el alcohol puede provocar una disminución temporal de la presión debido a la dilatación de los vasos sanguíneos, este efecto es pasajero.

- La cafeína, si bien no es una bebida prohibida como el alcohol, sÍ se recomienda mantener el consumo al mínimo; su consumo puede provocar un aumento temporal de la presión, efecto que suele disminuir cuando se reduce su ingesta habitual. La cafeína no solo se encuentra en el café o el té, sino también en bebidas energéticas, refrescos tipo cola, chocolates y algunos tés embotellados.

- Bebidas azucaradas, el consumo excesivo de azúcares añadidos se ha relacionado con un incremento de la presión arterial sistólica, además de favorecer procesos inflamatorios y resistencia a la insulina. Estos factores, combinados, aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Refrescos, jugos industrializados, tés listos para beber y bebidas deportivas suelen contener grandes cantidades de azúcar y calorías vacías, lo que contribuye al aumento de peso.

Bebidas más seguras para quienes tienen presión arterial alta
Adoptar hábitos saludables es una de las mejores estrategias para controlar la hipertensión. Además de la actividad física regular y el mantenimiento de un peso adecuado, cuidar la alimentación y las bebidas forma parte esencial del tratamiento.
En este sentido, planes como la dieta DASH recomiendan limitar el consumo de sodio a un máximo de 2,300 miligramos al día y priorizar alimentos frescos y bajos en sal.
Estas recomendaciones también se aplican a la hidratación. Optar por agua natural es una de las alternativas más seguras y efectivas. El agua mineral sin azúcar, las infusiones sin endulzar y los jugos naturales en cantidades pequeñas pueden ser opciones adecuadas para sustituir bebidas que elevan la presión.
Elegir bebidas más simples y menos procesada ayuda a reducir la retención de líquidos, disminuir el volumen sanguíneo y evitar una presión excesiva sobre las arterias. Pequeños cambios diarios pueden traducirse en beneficios significativos a largo plazo.
Limitar o evitar ciertas bebidas no significa renunciar al placer de hidratarse, sino tomar decisiones informadas en favor de la salud. Para quienes viven con presión arterial alta, identificar qué bebidas conviene dejar fuera del consumo habitual es un paso clave para mantener el equilibrio y prevenir complicaciones a futuro.











