¿De dónde es la salsa Tabasco? Conoce su historia y por qué es tan famosa
Pocas salsas han conquistado tantos paladares en todo el mundo como la salsa Tabasco. Te contamos su historia y por qué es tan famosa
Pocas salsas en el mundo son tan reconocidas como la pequeña y picante salsa Tabasco. Ya sea en un desayuno, en tus tacos, burritos y hasta sopas y guisos, esta salsa ha conquistado paladares en todo el planeta. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde es realmente y qué la hace tan especial?
Aunque por su nombre muchos podrían pensar que tiene origen mexicano, por el estado de Tabasco, la salsa Tabasco en realidad nació en Estados Unidos, con una historia que se remonta hasta mediados del siglo XIX. Conoce aquí el origen de este tesoro de la gastronomía.
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La historia detrás de la salsa Tabasco
La emblemática salsa se originó cuando un banquero llamado Edmund McIlhenny decidió crear una receta picante con chiles que le regaló un soldado que regresaba de México. El año era 1868, y la receta original mezclaba chiles, vinagre y sal.
Lo que distingue a la salsa Tabasco es su proceso de fermentación: los chiles se muelen y se dejan madurar en barricas de roble durante tres años, lo que intensifica su sabor.
Después, se mezcla con vinagre destilado y se deja reposar por varias semanas más antes de ser embotellada. Esta receta se mantiene prácticamente igual desde hace más de 150 años.
La salsa Tabasco se produce exclusivamente en la isla Avery, ubicada en el estado de Luisiana, al sur de Estados Unidos. Es ahí donde la familia McIlhenny continúa fabricándola, manteniendo una tradición que ha pasado de generación en generación.
Hoy en día, la salsa Tabasco se vende en más de 190 países, y sus etiquetas están traducidas a más de 20 idiomas. Su sabor intenso, ligeramente ácido y con un picor constante, la ha vuelto un acompañamiento infalible en miles de platillos alrededor del mundo.
Así que la próxima vez que veas una botella de salsa Tabasco, ya sabrás que su origen no está en el estado de Tabasco en México, sino en un rincón muy particular de Luisiana, donde la pasión por el picante se convirtió en un legado global.
