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Empleos

2 febrero, 2023
Empleos

Del reporte 2015 de las 500 empresas más importantes de México que anualmente publica la revista Expansión, saqué una muestra de las primeras y las últimas 50. De este listado eliminé empresas repetidas o que son del gobierno; sumé los activos de las que quedaron y los dividí entre el número de empleados que 6 tenían registrados. El resultado fue muy similar en todos los casos: estas empresas requieren invertir 200 000 dólares de activos por cada empleo directo que generan.

¿Qué son los activos? Son todos los bienes tangibles o intangibles con que cuentan las empresas y con los cuales trabajan: edificios, máquinas, mercancías, equipos de cómputo y medios de transporte; cuentas por cobrar, sistemas, valor de sus marcas o patentes, entre otros.

Y, ¿de dónde vienen estos activos y quién los paga? Los activos provienen principalmente de los dueños (accionistas), quienes invirtieron sus ahorros en esa empresa y esperan tener una utilidad de dicha inversión. También provienen de personas físicas o morales que prestan a la empresa dinero en efectivo de sus ahorros, o los activos mismos, a cambio de cobrar un interés o de recibir un beneficio.

Sin las personas que invierten sus ahorros en las empresas para que adquieran sus activos, no puede haber empleos: Esto es inversión productiva. Y mientras mayor es la inversión en conocimientos, tecnología y activos por empleo, ese empleo es más productivo y, por lo tanto, la persona empleada puede ganar más dinero como sueldo.

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En el caso de las personas que trabajan, que tienen un empleo, lo correcto es decir que se ganan su sueldo con su trabajo productivo, bien hecho, a tiempo. No creo que sea correcto decir «la empresa les paga su salario», pues ellos se lo ganan.

Las empresas no nacen para crear empleos, esa no es su finalidad. Las empresas crean empleos porque los necesitan para producir y para ofrecer sus bienes o sus servicios, y siempre buscan producirlos con la mayor eficiencia posible, para mantenerse competitivos y relevantes para sus clientes, lo cual implica, en ocasiones, contratar menos personal.

Las empresas crean empleos por necesidad, no como objetivo primario, pero al hacerlo dan oportunidades de trabajo a muchas personas.  Más aún, si una empresa descubre la manera de ser más competente —de atraer más y mejor a los clientes que hoy le compran a otras empresas— siendo más eficiente y empleando menos personas—, a la larga necesitará menos empleos para ofrecer los mismos bienes y servicios.

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El competidor eficiente elimina al ineficiente; al hacerlo, crece el número de empleos más productivos y se reduce el de los menos productivos. De esta manera, entre todas las empresas se produce más, las personas ganan más y el país avanza.

Esto sucede cada vez con mayor frecuencia. La economía de nuestro país es grande, compleja y muy dinámica: nacen empresas que ofrecen nuevos empleos, diferentes, o que reubican a la gente en lugares donde hay más oferta de empleo, regiones que, por ser más productivas, muchas veces generan empleos de mayor valor agregado. Al final, el progreso de la humanidad ha provenido y proviene de que este ciclo se siga cumpliendo; es la única forma de producir cada vez más con menos, lo que es igual a progreso.

Un ejemplo claro de lo anterior son los Estados Unidos, donde el 4 % de la población —que trabaja en el campo— es capaz de producir los alimentos que necesita todo el país y, además, produce excedentes para exportar al resto del mundo.

Es evidente, pues, que con el paso del tiempo se necesitan cada vez menos personas para producir lo mismo o más. Así, la humanidad puede darse el lujo de no sólo trabajar para comer, sino para vestir, para transportarse, para divertirse para ir de vacaciones. Se libera entonces el activo «tiempo», que a su vez se emplea en otras actividades productivas que sean de mayor valor para sus dueños.

En este sentido, llama la atención que la palabra «negocio» provenga de la "negación de ocio". Dicho de otra forma, para que se creen negocios las personas deben tener un tiempo de “ocio creativo”

Las personas que tienen empleo reciben un pago por su trabajo, según el valor que aporten a la empresa y dependiendo de la oferta de trabajo y de trabajadores. Mientras menos trabajadores hay, si existen más empresas que requieren de su trabajo y de sus capacidades, los salarios serán mayores; si hay muchos trabajadores y pocos empleos, los salarios serán menores, con un mínimo legal.

Por otra parte, si una persona trabaja en una empresa que compite en el libre mercado, y sus capacidades son muy comunes entre la población, es fácil que sea sustituido por otro que pueda hacer bien su trabajo y esté dispuesto a hacerlo por un sueldo menor.

Como trabajadores, nos conviene que existan más empresas que ofrezcan más y mejores empleos. Por eso es una cuestión de justicia —y por eso es tan importante— el darles oportunidad a todos los mexicanos de tener una educación adecuada, completa y de calidad.

Finalmente. Es común que cuando nos preguntan cuánto ganamos respondamos diciendo el sueldo total que percibimos —digamos 10,000 pesos en un mes—. Pero hay que notar que para ganar esos 10,000 debimos vivir un mes, y vivir ese mes nos cuesta alojamiento, comida, vestido, salud, etc., todo lo cual suma quizá 9,000 pesos; por lo tanto, lo que en realidad ganamos, neto de nuestro costo básico de vida, podrían ser sólo 1,000 pesos, e incluso podría ser que en un mes no se obtenga ganancia alguna.

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