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Tejedores de esperanzas para una buena pesca de camarón

Guadalupe, Carlos e Israel, son tres pescadores y artesanos que se dedican a fabricar atarrayas en Dautillos, comunidad perteneciente a Altata, Navolato

20 septiembre, 2022
Los artesanos de Dautillos señalan que duran más de tres días trabajando arduamente para la elaboración de una red o una atarraya. Fotos: Lino Ceballos
Los artesanos de Dautillos señalan que duran más de tres días trabajando arduamente para la elaboración de una red o una atarraya. Fotos: Lino Ceballos

Navolato, Sinaloa. Fabricar una atarraya requiere de esfuerzo, habilidad y paciencia. En la comunidad de Dautillos, Guadalupe Peraza Vélez, Carlos Félix Vélez e Israel Uriarte Burgos, combinan el oficio de la pesca con la elaboración de atarrayas. Han encontrado un arte que les apasiona desarrollar, en tanto les ayuda a sobrevivir en los meses que no trabajan en el mar.

 

Guadalupe es originario de La Cruz de Elota. Llegó a Dautillos a la edad de 16 años, en busca de una mejor calidad de vida, desde que tiene uso de razón se ha encargado de elaborar sus redes.  “Llegué bien cachorro a Dautillos, probé su agua y me gustó, tanto así que aquí me quedé. Aquí se vive a gusto. Hay mucho que sacarle al charco, solo que se necesita saberlo trabajar”, expresa el hombre de 60 años de edad.

Lupe 'el plomero', se ganó el apodo no por dedicarse a la plomería, sino porque también se ocupa de derretir el plomo y hacer las barras que llevan las atarrayas. Este oficio de metalurgia artesanal para la pesca lo aprendió solo viendo, según comenta con satisfacción. Agradece al señor Juan José, quien le ayudó a aprender esta labor, y no se salvó de llevarse unos buenos “coños” que lo motivaron a perfeccionar su técnica y lograr ser lo que es hoy, uno de los mejores artesanos de este producto en su comunidad.

Pérez Vélez, también asegura estar muy agradecido con Dios, por dejarlo seguir de pie antes las adversidades que le ha tocado enfrentar; y tiene mucha fe de volver a realizar lo que tanto le gusta, salir a pescar al mar, ya que el año pasado no pudo hacerlo debido a que sufrió un accidente que afectó uno de sus ojos, y a pesar de practicársele tres cirugías, no logró corregir el problema visual.

“Dios es muy grande y todavía no quiere que me vaya de este mundo, porque en la segunda operación me enfermé de covid, y estuve internado por varios días, pero logré librarla. Creo que me ayudó mucho ser una persona de mente positiva. Siempre pongo a trabajar mi mente ante todo problema y no dejo que el estrés me enferme. Agarro energía trabajando”, argumenta Lupe 'el plomero', quien manifiesta que no tuvo la oportunidad de ir a la escuela y lo poco que sabe, como dice la canción de Gerardo Reyes, lo aprendió de grande. Además, asegura que el percance le quitó la visibilidad del ojo derecho, pero no las ganas de seguir adelante.

Con el objetivo de seguir fabricando atarrayas de calidad, a Guadalupe se le unen sus amigos Carlos e Israel para apoyarlo, ya que ahora, debido a su situación, le toma más tiempo elaborarlas, pero eso no evita que sean un gran equipo; pasan horas, días y meses contando las inolvidables anécdotas, pero en especial, tejen juntos los mejores secretos para lograr una buena pesca.

Por su parte, Carlos Félix Vélez, destaca que le agrada bastante este arte y que tiene más de 15 años compartiendo esta actividad con Guadalupe e Israel. Juntos ponen todo su esfuerzo para sacar a tiempo las redes, un apreciado instrumento que todo pescador necesita para esta temporada de pesca.

“La mayoría de las atarrayas las armamos para los compañeros de Dautillos. Me gusta mucho realizar este tipo de artesanía, por eso no se me complica la fabricación. Sé armar diferentes tipos, como la que se utiliza para pescar pescado y las que hacemos en estos últimos meses son especiales para la captura de camarón, a la cual se le da mayor uso en septiembre, cuando se levanta la veda” expresa Gerardo, orgulloso del trabajo que realiza con fe y esperanza de que sea una excelente temporada.

En cuanto a Israel Uriarte Burgos, dice que los amigos deben estar siempre en las buenas y en las malas, y no abandonarse cuando la vida se pone difícil. “Ya tenemos bastante tiempo trabajando con Lupe, él es el jefe aquí.  Nos invita a que le ayudemos y lo hacemos con mucho gusto".

Uriarte, también tiene un 'Sonido Disco', un equipo musical con el que ofrece un buen ambiente en eventos sociales tanto en Dautillos, como en comunidades aledañas. Se siente orgulloso de su trabajo porque a sabiendas que no lo ha hecho millonario, sí le ha ayudado a darle estudios a sus hijas, "la educación es la mejor herencia que les puedo dejar".

Y es así como estos tres grandes amigos, pescadores y artesanos de la pesquería, dedican su tiempo a la elaboración de redes y atarrayas. Su modo de trabajo es pacífico y de mucho compromiso. Su fortaleza es la paciencia y la habilidad, con esas dos aliadas toman fuerza para tejer decenas de redes. Con sus productos acabados va la esperanza de abundancia en la vida de los pescadores.

Guadalupe es migrante, no fue a la escuela, pero con sus dos amigos formó una empresa que le ha dado trabajo por años y una estabilidad de empleo. Es la tenacidad lo que le permite hacer redes para atrapar su sustento. Con ellas, otros atraparán camarones.

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