Cada temporada agrícola, migrantes Nahuas llegan a los valles de Sinaloa para aportar mano de obra especializada en hortalizas de exportación, sosteniendo la productividad, calidad y continuidad del sector agrícola.
Cada temporada agrícola, migrantes Nahuas llegan a los valles de Sinaloa para aportar mano de obra especializada en hortalizas de exportación, sosteniendo la productividad, calidad y continuidad del sector agrícola.
Cada año, con la llegada del ciclo agrícola de otoño–invierno, familias Nahuas emprenden un viaje desde el centro y sur del país hacia los valles agrícolas de Sinaloa, donde su experiencia resulta clave para la producción de hortalizas de exportación.
El flujo aumenta notablemente en diciembre, periodo en el que inician las cosechas de hortalizas de exportación como chile, pepino y tomate, productos que colocan a Sinaloa entre los principales productores del país.
La llegada de migrantes nahuas a Sinaloa fortalece la producción agrícola.
La mayor concentración de estos trabajadores se registra en el Valle de Culiacán, particularmente en las empresas agrícolas ubicadas en la sindicatura de Villa Juárez, donde año con año son requeridos por su destreza, disciplina y conocimiento técnico en las labores del campo.
Los agricultores coinciden en que tanto Nahuas, como otros grupos étnicos, tienen una participación determinante para mantener los estándares de calidad que exige el mercado nacional e internacional, además de contribuir a la continuidad de los procesos productivos durante los meses de mayor demanda laboral.
El pueblo nahua aporta su experiencia en la cosecha de hortalizas de exportación.
El pueblo Nahua es uno de los grupos indígenas más numerosos de México. Se estima que más de 2.5 millones de personas se reconocen como Nahuas, principalmente en estados como Puebla, Veracruz, Hidalgo, Guerrero, San Luis Potosí, Estado de México, Morelos y Oaxaca.
Su lengua materna es el náhuatl, una de las lenguas indígenas con mayor número de hablantes en el país, aunque presenta múltiples variantes regionales. Muchos migrantes son bilingües, lo que facilita su integración laboral sin perder su identidad cultural.
La interdependencia entre comunidades indígenas y la agricultura sinaloense es evidente.
Entre las costumbres nahuas destacan la vida comunitaria, el trabajo colectivo, el respeto a la tierra como fuente de vida y la preservación de tradiciones como las fiestas patronales, la medicina tradicional, la gastronomía basada en maíz, frijol y chile, así como el uso de vestimenta tradicional en algunas comunidades de origen.
Durante su estancia en Sinaloa, muchas familias mantienen prácticas culturales propias, fortaleciendo los lazos comunitarios y transmitiendo su lengua y valores a las nuevas generaciones, aun en contextos de movilidad laboral.
La incorporación de migrantes nahuas a la agricultura sinaloense no solo sostiene la producción hortícola, sino que también refleja la interdependencia regional entre comunidades de origen indígena y polos agroexportadores del país.
Así, cada temporada agrícola, la presencia Nahua en los campos del Valle de Culiacán reafirma que la agricultura de Sinaloa se construye también con saberes ancestrales, esfuerzo migrante y raíces indígenas que cruzan el país para hacer posible la cosecha.