El Panteón Ángela Peralta: Un Legado de Historia y Cultura en Mazatlán

La historia del Panteón más antiguo del Puerto, con 156 años de memoria

Por: Eunice Arredondo

El Panteón Municipal No. 2 de Mazatlán que lleva por nombre “Ángela Peralta” tiene 156 años de antigüedad.

El cementerio es el más viejo del puerto. Fundado en 1869, en un principio abarcaba un espacio mucho más amplio de lo que hoy conocemos. El panteón llegaba desde la esquina de Gutiérrez Nájera y Gabriel Leyva hasta la barda de la Escuela Náutica.

En la década de los 50’s la autoridad municipal decidió reducir el área del panteón y todo el terreno donde se ubicaban las fosas comunes fue fraccionado y subastado quedando únicamente lo que hoy conocemos del camposanto.

El cronista de la ciudad, Enrique Vega Ayala, explica que el primer panteón de Mazatlán se ubicó en lo que hoy es la Plazuela Ángel Flores y se saturó por debido a las defunciones ocasionadas a epidemias como el cólera que azoraron al puerto en años anteriores.

Así, el panteón número 2 empezó a funcionar a finales del siglo XIX y sus tumbas datan de esa época, la mayoría de ellas ya no son visitadas, pero guardan los restos de integrantes de ilustres familias y personajes mazatlecos.

Ángela Peralta: la soprano que dejó huella en el cementerio

El cementerio lleva el nombre de la cantante de ópera Ángela Peralta, quien murió en Mazatlán en 1883 debido a la peste amarilla de la que se contagió en el barco que la trajo al puerto.

El cuerpo de la reconocida soprano fue sepultado en ese cementerio y permaneció ahí hasta 1937, cuando sus restos fueron llevados a la Rotonda de las Personas Ilustres en la Ciudad de México.

La tumba de Ángela Peralta permanece en el panteón que lleva su nombre, al igual que los sepulcros de la reconocida profesora Agustina Monterde, el compositor Enrique Mora y el filántropo Germán Evers, fundador de la Cervecería del Pacífico.

De hecho, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha reconocido al Panteón Ángela Peralta como un inmueble histórico y hace algunos años se mencionaba la posibilidad de que el cementerio fuera restaurado para convertirlo en un museo, proyecto que no se ha concretado.

En esta época del año, cuando la tradición del Día de Muertos se vive en todo México, el Panteón Municipal Ángel Peralta al igual que el resto de los cementerios de la ciudad es sometido a trabajos limpieza y mantenimiento por parte del Gobierno Municipal, pero son muy pocas las tumbas que son visitadas.

A medida que el Panteón Municipal Ángela Peralta enfrenta el paso del tiempo, se convierte en un símbolo no solo de la historia de Mazatlán, sino también de la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural.

La posibilidad de restaurar este espacio y convertirlo en un museo podría ofrecer a las nuevas generaciones una ventana al pasado, fomentando el respeto y la valoración por quienes han dejado su huella en la ciudad.

En un contexto donde la tradición del Día de Muertos cobra vida, es fundamental recordar que cada tumba cuenta una historia, y que la memoria de personajes ilustres y familias mazatlecas merece ser honrada.

La comunidad tiene la oportunidad de involucrarse en la revitalización del panteón, no solo como un lugar de descanso eterno, sino como un espacio educativo y cultural que celebre la rica herencia de Mazatlán.

Así, el Panteón Ángela Peralta no solo es un lugar de descanso eterno, sino también un recordatorio de la historia que nos une y la cultura que debemos preservar.