Bernardo María León Olea presenta libro Azul Puro en Culiacán: un llamado a replantear la seguridad en México

El autor propone devolver facultades de investigación a las policías municipales: El problema no es el número de policías, sino el número de criminales

Por: Juan Francisco Sotomayor

Ante integrantes del organismo social Culiacán Participa, el Lic. Bernardo María León Olea presentó su libro Azul Puro, una obra en la que expone una visión crítica y propositiva sobre los grandes vacíos del sistema de seguridad en México, así como alternativas para enfrentar la crisis de criminalidad que atraviesa el país.

Durante su intervención, el autor relató cómo desde finales de los años noventa se dio cuenta de la magnitud del problema de la inseguridad, cuando las encuestas ya ubicaban a este tema como la principal preocupación ciudadana.

“En 1999 hicimos la primera encuesta de victimización en México y nos dimos cuenta de que el 90% de los delitos no se denunciaban. Es decir, sabíamos casi nada de lo que realmente pasaba”, recordó.

La raíz del problema: policías sin facultades de investigación

Uno de los ejes centrales de la ponencia de León Olea fue la debilidad estructural de las policías municipales y estatales, que históricamente fueron despojadas de facultades de investigación.

“Desde la Constitución de 1917, por un mal consejo a Carranza, se estableció que la policía sería solo preventiva, mientras que la investigación quedaba subordinada al Ministerio Público. Eso fue un error gravísimo. La policía dejó de investigar y con ello se creó un vacío que a la larga fortaleció la impunidad”, explicó.

El escritor subrayó que el verdadero problema no es la pobreza, sino la impunidad que permite delinquir sin consecuencias.

El autor destacó que, en países como Estados Unidos o el Reino Unido, la policía local juega un papel fundamental en la investigación del delito, mientras que en México, aunque la ley ya reconoce la obligación de las policías municipales para recibir denuncias e investigar, en la práctica no se les dota de capacidades para cumplir con esa función.

El costo de la impunidad

En su exposición, León Olea compartió cifras contundentes: de los delitos denunciados, apenas 60% llegan a convertirse en carpetas de investigación, y de esas, solo el 1% concluye en un proceso judicial. Finalmente, apenas el 0.01% logra una sentencia condenatoria.

“Con esos números, la pregunta era: ¿Cómo no estamos peor?”, cuestionó el autor. En su análisis, la impunidad generalizada genera la percepción entre los delincuentes de que “no les va a pasar nada” y, en consecuencia, se multiplica la violencia y la reincidencia.

Durante la ponencia, León Olea destacó la necesidad de fortalecer a las policías locales.

Experiencias locales: Morelia como laboratorio

El escritor relató su experiencia como asesor en Morelia, donde implementó encuestas de victimización municipal que revelaron la magnitud del problema: 171 mil delitos en un solo año. Se preguntó cuántos delincuentes cometen esos delitos.

“La conclusión fue que no había cientos de miles de delincuentes, sino unos cuantos miles que cometían la gran mayoría de los delitos. El problema es que nadie los estaba investigando ni deteniendo”, afirmó.

León Olea recordó cómo al trabajar con la policía municipal, constató que los agentes tenían un conocimiento profundo del territorio: sabían quiénes eran los delincuentes, dónde vivían y cómo operaban, pero esa información no podía traducirse en procesos judiciales por la falta de mecanismos de investigación.

Un modelo de control, no solo de prevención

En Azul Puro, el autor plantea que México atraviesa actualmente una fase de crisis que exige medidas firmes de control antes de apostar exclusivamente a la prevención.

“El problema no es el número de policías, sino el número de criminales. Si no reducimos drásticamente la capacidad operativa de los grupos delincuenciales, cualquier estrategia preventiva se quedará corta”, subrayó.

Entre los ejemplos expuestos, mencionó el caso de bandas dedicadas al robo en transporte público en el Estado de México. A través de un esquema de denuncias comunitarias, investigación directa y coordinación con fiscalías, se logró desmantelar una célula que generaba miles de víctimas.

“Cuando logramos encapsular a esos delincuentes y llevarlos a juicio, vimos que sí era posible transformar la realidad con policías municipales comprometidos y con herramientas”, puntualizó.

Integrantes de Culiacán Participa escucharon con atención las propuestas plasmadas en Azul Puro.

Más allá de los mitos: pobreza no es igual a criminalidad

Otro punto en el que insistió fue en rechazar la idea de que la pobreza es el principal detonante del crimen.

“Si así fuera, en México tendríamos 60 millones de delincuentes. No hay un denominador común. Hay personas que estudiaron en Harvard y lavan dinero, y al mismo tiempo jóvenes pobres que nunca delinquen. Lo que explica la criminalidad en la mayoría de los casos es que pueden delinquir sin consecuencias”, afirmó.

Un llamado a repensar la seguridad desde lo local

León Olea concluyó que la clave está en devolver a las policías municipales un papel central en la investigación del delito, profesionalizarlas y darles un modelo de carrera que incentive su permanencia y compromiso.

“El sistema de justicia puede operar, pero la única institución capaz de hacerlo funcionar es la policía municipal. Si logramos encapsular el problema en el ámbito local, podremos recuperar el control del 90% de los delitos que hoy quedan en la impunidad”, sentenció.

Con Azul Puro, Bernardo María León Olea busca aportar no solo un diagnóstico, sino también propuestas concretas para un debate que sigue siendo prioritario en México: cómo construir instituciones de seguridad capaces de enfrentar con eficacia la delincuencia y garantizar justicia a las víctimas.

Los comentarios del libro fueron expuestos por Miguel Calderón Quevedo, director de los Programas Sociales de GC1, quien destacó las propuestas de solución del autor al problema de la seguridad pública.

“Azul puro es oro puro para quienes estamos trabajando para un cambio que nos genere mayor armonía social y menos índices de injusticia. Azul puro nace en 2025 para convertirse en un clásico de la gestión policial y llega en un momento de crisis en un Sinaloa que está en busca de oportunidades”, concluyó