Consolidan a el Festival cultural de El Salado: tradición, arte y unidad familiar
La sindicatura de El Salado, del municipio de Culiacán, se vistió de gala con la celebración de un gran evento cultural familiar que incluyó la tradicional coronación de reinas. Familias enteras se dieron cita para enaltecer las costumbres y tradiciones de su pueblo en un ambiente de convivencia y orgullo comunitario.
Niñas y niños de la academia BodyFit Kids El Salado, el programa FEPS, y la Academia de Jazz Miguel Juárez ofrecieron coloridas presentaciones de bailes regionales, además de un montaje inspirado en la película Coco, que llenó de catrinas y colores el escenario.
Uno de los momentos más aplaudidos fue el número artístico “La Bruja”, creado por Esmeralda Astorga e inspirado en los mitos de su infancia. La interpretación estuvo a cargo de Renata Velázquez Navarro Yañez, quien sorprendió al público al presentarse junto a un majestuoso caballo negro, logrando una puesta en escena impactante.
Tradición y trabajo comunitario
El éxito de este festival fue posible gracias al esfuerzo conjunto de los maestros de danza, el síndico de El Salado, Adán López, y el área de cultura local, bajo la coordinación del organizador Arturo Navarro Yañez. Una muestra clara de que en esta comunidad se mantienen vivas las tradiciones que fortalecen la identidad de Sinaloa.
También destacó la labor de las hermanas Alma y Esmeralda Astorga, promotoras del arte en zonas rurales, quienes buscan preservar los orígenes culturales y compartir con las nuevas generaciones la riqueza del folclore sinaloense.
La danza como herramienta formativa
En palabras de la neuropedagoga y maestra de danza Esmeralda Astorga, la participación de la niñez va más allá de la expresión artística:
“Diversos estudios señalan que esta práctica potencia el desarrollo motor, la coordinación, la memoria, la creatividad y la disciplina. Al mismo tiempo, les brinda un espacio para gestionar sus emociones, fortalecer la autoestima y construir lazos de unión con sus compañeros, haciendo de cada presentación un aprendizaje para toda la vida”.
El festival de El Salado no solo fue una muestra de talento infantil, sino también un reflejo de cómo el arte y la tradición se convierten en herramientas de unión comunitaria, sembrando esperanza y valores en las nuevas generaciones, aún en tiempos de dificultad.