Manuel y María Luisa levantaron su sueño familiar con la Birria El Negro en La Conquista

Tras quedarse sin empleo en pandemia, Manuel y María Luisa levantaron la Birria del Negro, un negocio familiar que hoy es sustento, esfuerzo y cercanía comunitaria en La Conquista en la ciudad de Culiacán

Por: Victoria Herrera

Cuando la pandemia dejó sin empleo a Manuel, decidió no quedarse de brazos cruzados. Con una carreta, una mesa y una olla, hace cuatro años comenzó lo que hoy es el sustento de su familia: la Birria del Negro. “Pensé que no iba a pegar, la verdad, pero empezó a pegar y aquí seguimos”, cuenta.

El oficio lo aprendió mientras trabajaba en Sonora, gracias a un familiar dedicado a la birria. Tras el cierre de la empresa donde laboraba, regresó a Sinaloa y apostó por ese conocimiento como una nueva oportunidad.

“En cuanto terminó la pandemia me aventé”, recuerda.

Un emprendimiento 100% familiar

Desde el inicio, el proyecto ha sido completamente familiar. A su lado está María Luisa, su esposa desde hace 15 años, con quien comparte el trabajo diario. “Entre los dos, desde el principio”, dicen. Mientras ella hace las tortillas, él atiende a los clientes, convencidos de que el trato cercano también alimenta.

El nombre del negocio surge del apodo de Manuel, una decisión que tomaron desde antes de iniciar.

“Siempre dijimos que cuando pusiéramos una carreta se iba a llamar Birria del Negro”, explica entre risas.

Actualmente, la carreta se ubica sobre la calle Cometa, cerca del bulevar Conquistadores, detrás de la Farmacia Guadalajara, donde ofrecen birria de res en distintas presentaciones, además de aguas naturales. “Aquí la gente siempre se va feliz, nunca nos ha tocado que alguien se queje”, asegura Manuel.

El negocio también ha involucrado a su hijo mayor, Emilio, quien los apoya por las mañanas antes de ir a la escuela. “En la mañana me ayuda y en la tarde se va a estudiar”, comenta con orgullo.

Aunque se dicen satisfechos, el objetivo es seguir creciendo. “Queremos lograr más, todos los días le echamos ganas”, expresa María Luisa. Manuel lo resume así: “Todos empezamos desde abajo, pero si le pones esfuerzo y dedicación, sí se puede”.

Mientras tanto, la invitación queda abierta para la comunidad. “Que vengan a probar, no se van a arrepentir”, dice Manuel, convencido de que su birria también cuenta una historia de trabajo, esperanza y unión familiar. Cada platillo servido es una oportunidad de amistad y fortaleza comunitaria.