Con fe y gratitud, Don Guadalupe Leal sigue luchando por volver a ver y trabajar

Haciendo Magia y otras personas de buen corazón llevan esperanza al hogar de Don Guadalupe, un hombre con un corazón trabajador que aún brilla pese a la oscuridad

Por: Juan Madrigal

Culiacán, Sinaloa.- A sus 78 años, Guadalupe Rafael Leal Valles enfrenta con valentía la pérdida de visión causada por cataratas. Aunque tuvo que dejar su trabajo como vendedor de elotes, no ha perdido la esperanza ni la sonrisa, gracias al apoyo solidario del grupo Haciendo Magia y de su comunidad.

Perdió la vista, pero no la esperanza, a sus 78 años, Don Guadalupe no se rinde: sueña con volver a ver y trabajar. Cortesía/TBN

Don Guadalupe en Culiacán: solidaridad y esperanza frente a cataratas

Durante años, la imagen de Don Guadalupe Rafael Leal Valles era familiar en las calles: un hombre de mirada serena, manos firmes y corazón trabajador, ofreciendo con esmero elote cocido o asado a quienes se detenían a disfrutar de su sabor. Sin embargo, hace unos meses, su vida dio un giro inesperado.

“Tengo cataratas en mis dos ojos y no veo bien. El doctor me recomendó dejar de trabajar porque no puedo manipular fuego, el cual necesito para preparar los elotes que vendía”, cuenta con voz pausada el adulto, mientras recuerda los días en los que su carrito de elotes era su orgullo y sustento.

Hoy, junto a su esposa Bertha, viven en un pequeño cuarto rentado en la colonia Miguel Hidalgo, enfrentando con dignidad los retos del día a día. Pero no están solos. Su historia conmovió a los integrantes del grupo Haciendo Magia, quienes se han convertido en una luz de esperanza en medio de la dificultad.

“Llevamos despensa, dinero para sus gastos y una amiga mágica les regaló también de corazón para que pagaran un mes de renta. Conseguimos hacerles un día diferente, feliz y mágico que les quedará en sus recuerdos para siempre”, compartió Janeth García, integrante del grupo, quien asegura que la solidaridad se multiplica cuando hay amor y empatía.

La fortaleza de Guadalupe y el apoyo solidario del grupo Haciendo Magia nos recuerdan que cuando la comunidad se une, la esperanza vuelve a brillar. Cortesía/TBN

La primera visita fue en septiembre, y como recuerda Janeth, “llegamos justo a tiempo, porque solo les quedaba para dos comidas”. Desde entonces, se han organizado nuevamente para llevarles más despensa y apoyo, conmovidos por la situación de la pareja, que, sin ingresos fijos, lucha por salir adelante con esperanza.

Además de la ayuda de Haciendo Magia, Don Guadalupe también recibe apoyo de la Parroquia Santo Niño de la Salud, ubicada en la misma colonia. Y aunque sus días ya no transcurren entre el vapor del elote y el sonido del carbón encendido, su fe sigue intacta.

“Muchas gracias a toda esa gente que nos ha apoyado y nos sigue ayudando. Sigo tratándome porque me gustaría volver a ver y volver a trabajar. Dios los bendiga siempre”, dice con emoción, aferrándose al deseo de recuperar su vista y su independencia.

En medio de la adversidad, la historia de Don Guadalupe nos recuerda que la verdadera magia está en las manos que ayudan, en los corazones que no se olvidan de los demás y en la fe que mantiene viva la esperanza, incluso cuando los ojos comienzan a apagarse.