En Loma de Rodriguera sobreviven vestigios de un convento y cuartel de la Revolución, memoria viva en Culiacán
Por: Francisco Castro
Entre las calles y viviendas de la colonia Loma de Rodriguera, todavía laten los recuerdos de un pasado que mezcla espiritualidad, disciplina militar y vida comunitaria.
Casi frente al CECyTE de la localidad, a unos metros el antiguo Centro de Salud (hoy clínica IMSS Bienestar), se encuentran los vestigios de lo que primero fue un convento de monjas y, luego de la Revolución Mexicana, se convirtió en un cuartel militar conocido como la “acordada”, donde soldados de caballería impartían justicia.
Una vivienda con historia
Santiago Soto, vecino de 59 años que habita en este espacio ubicado contra esquina del plantel educativo (CECyTE), conserva en su vivienda parte de esa historia.
La propiedad, originalmente de muros anchos de adobe y techos altos hechos con barrotes y ramas, perteneció a la familia Rodriguera, antiguos hacendados de la zona.
“Era como un fuerte, fresco en verano y calientito en invierno. El techo era de adobe atravesado, con barrotes capuchinos, como se construía en aquel tiempo”, relata Santiago para Tus Buenas Noticias.
El paso del tiempo cobra factura
El espacio original constaba de tres cuartos amplios, aunque solo uno se mantiene en pie y es ocupado hoy por Santiago, su sobrino y la familia de este. Los demás se deterioraron con el paso de los años.
El piso, elevado 80 centímetros sobre el nivel del suelo, aún conserva la huella de los escalones de tabique que fueron reemplazados por cemento. Aunque gran parte de la construcción se ha perdido, aún quedan vestigios de cornisas, ventanales y adobes que muestran la huella del tiempo.
Su padre, Santiago Soto Medina, recibió el inmueble como préstamo de Los Rodriguera. Nacido en 1933, recordaba que el convento ya existía antes de su infancia, y que tras la partida de las religiosas se convirtió en cuartel.
“Le decían la acordada, eran puros militares de a caballo”, recuerda don Santiago.
Parte de la Hacienda de los Rodriguera
La historia de este lugar está íntimamente ligada a la antigua Hacienda de los Rodriguera, una vasta propiedad agrícola y ganadera que floreció a finales del siglo XIX.
Su legado sigue vivo en la memoria de vecinos y descendientes de quienes trabajaron en esas tierras. Don Pablo Medrano, fallecido en 2007, fue por años cuidador de la hacienda y hoy su hija, doña Amelia, habita en la casa que fue de su familia.
Para los habitantes de Loma de Rodriguera, este sitio no solo es un recuerdo arquitectónico, sino un testimonio de cómo la historia nacional también se escribió en rincones sencillos de Sinaloa.