Juan Manuel García Osuna ha construido en Mazatlán una historia llena de compromiso y amor gracias a su carreta de tacos de carne asada
Por: Eunice Arredondo
A sus 19 años Juan Manuel García Osuna llegó a Mazatlán. Junto a su familia el joven migró desde la comunidad de El Verde, municipio de Concordia, al sur del Estado.
El Verde Concordia es famoso en Mazatlán por ser un pueblo exportador de los más talentosos taqueros y los mejores tacos de carne asada. Por ello, la familia de Juan Manuel llegó al puerto con la clara idea de hacer honor a esta fama y poner su propia taquería para probar suerte.
La taquería familiar: un inicio prometedor
Una parte de la familia García Osuna abrió su negocio al poco tiempo de llegar a Mazatlán, se instalaron por la calle 13 de abril, en la colonia Juárez, uno de las más populosas de la ciudad, en donde empezaron su taquería.
Al principio el negocio no tenía un nombre. Pero eran conocidos por ser de El Verde, hoy, a más de 40 años la taquería sigue abierta con el nombre de “Tacos Jorge” y está a cargo de un hermano de Juan Manuel.
“Empezamos mis papás, dos hermanos y yo, nos fue bien gracias a Dios, empezamos vendiendo puros tacos de carne asada, luego ya hicimos quesadillas, chorreadas y vampiros”, recuerda.
Al poco tiempo de estar trabajado en la taquería de la familia, con 22 años, Juan Manuel se casó con Guadalupe Peraza e inició una familia, enfocado siempre en generar con su trabajo lo necesario para dar sustento a los suyos.
Manuel y Lupe tuvieron tres hijos, Mayra, Erika y Juan Carlos, que desde pequeños acompañaban a sus papás a la taquería, los veían trabajar, apoyaban en el negocio y fueron aprendiendo el oficio de la familia.
Guadalupe apoyó a Manuel en su trabajo, siempre dispuesta a cuidar el patrimonio y ser la columna vertebral de la familia, cuidar niños, tener en orden el hogar y ser la mano derecha de su esposo.
“Ella de joven estuvo con mi papá en sus inicios estuvo en las carretas y le ayudaba, pero ya conforme fueron pasando los años ella dejó de ir al negocio, nosotros ya estábamos grandes ya empezábamos a irle a ayudar a mi papá, pero desde casa siempre ayudó con la producción (…) ella nos hace las chorreadas y nos ayuda a organizarnos, cuando va a los negocios siempre está pendiente de todo”, comenta Mayra, la mayor de los hijos del matrimonio.
Emprendimiento en acción: nace Tacos Juan
Después de 24 años trabajando en la taquería familiar en la colonia Juárez, Manuel tomó una decisión que cambió su historia, emprendió su propia carreta de tacos, en la colonia Flores Magón, donde vivía desde hace más de 20 años.
Entonces nacieron los “Tacos Juan”, una carreta a ras de carretera, a la orilla de la avenida Manuel Clouthier, a un costado del mercado del Conchi, a las afueras de las instalaciones del módulo de Jumapam.
Ahí Manuel tiene 23 años trabajando, ofreciendo cada noche sus tacos con el sabor de El Verde Concordia a sus clientes, que lo han seguido desde hace décadas y son fieles a su negocio.
“Tengo clientes que desde hace treinta años me han seguido, de la Juárez vienen acá a la Flores Magón a comer tacos. Tiene que cuidar uno del negocio, la calidad, la atención y la administración para que todo salga adelante”, asegura con orgullo.
La receta del éxito, tradición y calidad en cada taco
Manuel revela el secreto de un buen taco, asegura que lo ha comprobado en los más de cuarenta años que ha trabajado como taquero.
“La salsa es el sabor y el secreto de un buen taco, la receta de nuestras taquerías no ha cambiado para nada en más de 40 años, yo la aprendí de un cuñado que ya trabajaba de taquero, me enseñó a preparar la salsa y me vendió una carreta con la que empecé a trabajar”, asegura.
Gracias a este emprendimiento familiar, Manuel y Lupe lograron darle estudios a sus tres hijos y construir un patrimonio para ellos.
Hoy, Mayra, Erika y Juan Carlos tienen sus propias taquerías en Mazatlán y se sienten orgullosos de legado que sus padres les han dejado, pues han aprendido de ellos la importancia del trabajo, del esfuerzo y el compromiso no sólo con la familia sino con sus colaboradores y su comunidad.
“Es muy bonito aprenderles su sentido de responsabilidad, tener un negocio no es cualquier cosa, es mucha responsabilidad no nada más con nosotros (los hijos), es mucho compromiso con los clientes y con los trabajadores, porque ahorita con la situación económica que se vive en nuestro estado y no tener ahorita el decir vamos a recortar empleados es gratificante y es por tener un buen control en el negocio” asegura Mayra con un enorme orgullo por el trabajo de sus padres.
Compromiso con la comunidad: más que un negocio, una familia
La hija mayor de Manuel y Lupe es consciente de que ser emprendedor en pequeño es tener la responsabilidad de tener contento y satisfecho al cliente, trabajar mucho y amar su negocio, tal como se los enseñó su papá.
“Mi papá inició los tres negocios de sus hijos y todavía nos apoya, cuando va a las taquerías él se queda apoyando, se queda atendiendo, yo creo que le hemos aprendido los tres a tratar bien al cliente, el tener un buen ambiente de trabajo, no sé cómo describirte tanto que le he aprendido del negocio y lo mucho que lo amo”, dice con la voz entrecortada de la emoción.
El lema de Manuel, que hoy tiene 67 años, es que los jóvenes deben prepararse académicamente como lo hicieron sus hijos y lo hacen ahora sus nietos, pero lo importante es que hagan lo que les guste, lo que les apasione.
“Mi papá inició los tres negocios de sus hijos y todavía nos apoya, cuando va a las taquerías él se queda apoyando, se queda atendiendo, yo creo que le hemos aprendido los tres a tratar bien al cliente, el tener un buen ambiente de trabajo, no sé cómo describirte tanto que le he aprendido del negocio y lo mucho que lo amo”, dice con la voz entrecortada de la emoción.
Con más de 40 años trabajando en las taquerías, Juan Manuel está dispuesto a seguir en su negocio hasta que la vida se lo permita, pues le gusta su negocio y dice estar acostumbrado al trabajo y es consciente de que de su carreta dependen otras familias.
“No pienso todavía dejar el negocio, estoy acostumbrado a trabajar diario, entre mi hijo y yo preparamos todo, trabajan con nosotros cinco personas más” comenta.
La historia de Juan Manuel García Osuna y su familia es un testimonio del esfuerzo, la dedicación y el amor por el trabajo.
Desde sus inicios en la colonia Juárez hasta establecer una tradición taquera en el sector Flores Magón, su legado perdura en cada taco que sirven.
La pasión por su oficio no solo ha alimentado a sus clientes, sino que también ha forjado un camino de enseñanza y responsabilidad para las nuevas generaciones.
Con cada salsa, cada tortilla y cada sonrisa, la familia García Peraza continúa honrando sus raíces y demostrando que el verdadero éxito radica en el compromiso hacia la familia y la comunidad. ¡Que sigan los éxitos y los buenos tacos!