Ukecuentos cierra con música, lectura y comunidad en primaria Guadalupe Victoria de Loma de Rodriguera

El taller Ukecuentos cerró actividades en la primaria Guadalupe Victoria, donde niñas y niños compartieron música y lectura como herramientas de bienestar emocional, convivencia e identidad comunitaria en Loma de Rodriguera

Por: Francisco Castro

Con entusiasmo, aplausos y el sonido fresco de los ukeleles, niñas y niños de la primaria Guadalupe Victoria, en la colonia Loma de Rodriguera, al norte de Culiacán, celebraron este 17 de diciembre la clausura del taller Ukecuentos

Es un proyecto que, durante semanas, transformó la escuela en un espacio donde la imaginación dialogó con la música para impulsar nuevos caminos de aprendizaje, convivencia e identidad comunitaria.

En cada acorde del ukelele quedó claro que, cuando un niño aprende a expresarse con música y palabra, aprende también a mirarse con amor, a respetar al otro… y a soñar más lejos.

Este taller, impartido por Alejandra Angulo Lavín y Luis Ildefonso Núñez, fue mucho más que una actividad escolar: se convirtió en un puente para que las infancias fortalecieran su creatividad, atención, expresión emocional y capacidad de trabajo colectivo. 

Y lo hicieron acompañados por madres, padres, docentes y autoridades educativas que, desde el inicio, abrazaron el sentido formativo y cultural del proyecto.

Ukecuentos nació bajo el respaldo del programa Proyectos Culturales Comunitarios “Cultura para la Paz Social” 2025, impulsado por el Instituto Municipal de Cultura Culiacán, con una meta clara:

Llevar arte y experiencias creativas a los barrios, desde espacios seguros, cercanos y accesibles para las niñas y los niños

Música y cuentos: herramientas para el bienestar emocional

A lo largo del proceso, las y los participantes aprendieron a ejecutar el ukulele y combinarlo con la narración oral. La lectura se volvió el punto de encuentro; la música, un lenguaje compartido; y ambas, una vía para canalizar emociones, fortalecer la confianza y construir relaciones sanas dentro del aula.

De acuerdo con el equipo facilitador, la práctica artística permitió trabajar habilidades de concentración, potenciar la imaginación y, al mismo tiempo, ofrecer un respiro frente a tensiones familiares o sociales. 

Cada ejercicio se construyó bajo la premisa de que el bienestar infantil no empieza en grandes discursos, sino en los pequeños espacios donde una niña o un niño se siente escuchado, seguro y acompañado.

En un país que sigue buscando rutas hacia la paz y la convivencia, experiencias como esta recuerdan que el arte no es adorno: es un motor para el futuro. El taller fue impartido por Alejandra Angulo Lavín y Luis Ildefonso Núñez.

Identidad, cultura y comunidad que se hace presente

En un sector como Loma de Rodriguera, donde la escuela es un punto clave del tejido social, Ukecuentos apostó a crear comunidad alrededor de la cultura. 

Durante el taller, madres y padres asistieron a prácticas, supervisaron progresos, acompañaron lecturas y compartieron actividades colectivas que reforzaron el sentido de pertenencia en la primaria Guadalupe Victoria.

El proyecto ayudó a que niñas y niños reconocieran su propia voz, su identidad y su relación con su entorno cultural. Además, promovió la inclusión, el respeto y la convivencia entre estudiantes, quienes aprendieron a escuchar, esperar turnos y valorar las ideas del resto del grupo.

En cada cuento musicalizado quedó sembrada una semilla de memoria colectiva: historias de su colonia, de su escuela, de su vida cotidiana, transformadas en relatos rítmicos que fortalecen la autoestima y el orgullo de origen.

Un cierre que celebró el esfuerzo compartido

La clausura reunió a familias, comunidad escolar y autoridades culturales en una presentación que reflejó el crecimiento del grupo. Las y los pequeños interpretaron piezas trabajadas durante el taller, contaron historias al ritmo de sus instrumentos y compartieron aprendizajes con el público presente.

El director general del Instituto Municipal de Cultura Culiacán, Adolfo Plata Guzmán, encabezó la entrega de constancias a cada participante, destacando su dedicación y la importancia de sumar proyectos que introduzcan el arte en entornos escolares.

El acto simbolizó el cierre de un ciclo, pero también el inicio de nuevas posibilidades para expandir la educación artística en la zona norte de la ciudad.

El proyecto Ukecuentos mostró que la cultura puede abrir puertas, reconstruir vínculos y sembrar confianza en las infancias.