2022-04-04

Mía y Dulce, dos niñas que viven entre la Ciencia, Conchitas, Galletas y el mar

Ganadoras del Proyecto Multimedia Pacífico “Infomatrix”, ponen en alto el nombre de Altata

Altata, Navolato.- Mía de Jesús Bueno Armenta y Dulce María Zamudio Medina son un par de jovencitas que demuestran que tener amor por su tierra puede colocarlas en un lugar importante en el mundo de la ciencia.

Desde pequeñas, han tenido la curiosidad y el entusiasmo para participar en diversos concursos de ciencias. Y es precisamente lo que las ha unido. Se conocieron durante la celebración de un concurso y su amistad surgió al participar en distintos proyectos.

“Al llegar aquí a la secundaria me dio mucho gusto encontrar a Dulce porque éramos amigas de concurso y ahora somos mejores amigas, hacemos todo juntas, aunque vivimos retirado, yo en Dautillos y ella en Bariometo siempre hacemos todo juntas como buenas amigas”, dice Mia.

Ahora, que ambas jovencitas forman parte de la Secundaria Técnica No. 52 de Altata, se han embarcado en una nueva aventura. Amantes de la ciencia, con la motivación de su maestra, la profesora María Elena Sanz Angulo, responsable del programa del Club de Ciencias de Navolato decidieron participar en concurso regional de Ciencia y Tecnología, de la Sociedad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología.

Mia y Dulce participaron en la categoría de Divulgación Científica con el proyecto titulado “Entre Conchitas, Galletas y el Mar”, con el cual se hicieron ganadoras del Proyecto Multimedia Pacífico “Infomatrix”. Con su proyecto, logran retratar “El otro Altata”, ese que muy pocas personas conocen.

En él, se rescata a la gente trabajadora. Esos dignos representantes del puerto. Los que buscan aportar a la economía familiar por medio de actividades artesanales. “Entre Conchitas, Galletas y el Mar”, Dulce y Mía hacen divulgación de las actividades económicas en un homenaje a las mujeres y jóvenes que dedican parte de su vida a la elaboración de pan de mujer, galletas rellenas de cajeta, cocadas y artesanías elaboradas con choncha.

Las mujeres crean sus microempresas, en donde laboran los integrantes de la familia al interior de sus hogares y Dulce y Mía las promueven, porque se han convertido en un orgullo para Altata y su gente. “Altata tiene mucho más que mariscos y el mar.

Quisimos darle un reconocimiento a las mujeres que aportan a la economía familiar. Son un orgullo y hay que reconocerlo”, dice Dulce. Al ser tan jóvenes y tener el valor de reconocer la labor de las mujeres habitantes de Altata, es digno de reconocer la labor de ellas mismas en la ciencia. Mia de Jesús y Dulce María se han convertido en las jovencitas de la ciencia de Altata. Esas que viven entre “Conchitas, Galletas y el Mar”.

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