Los trabajos de Chespirito continúan siendo tendencia, incluso casi 55 años después de su estreno. ¿Por qué es así?
Por: Juan Méndez
De acuerdo a un artículo publicado por Whitepaper, El Chavo del 8, una serie estrenada hace casi 55 años, se encuentra entre los tres primeros programas con más horas de streaming en YouTube entre 2024 y 2025, solo por detrás de la conferencia matutina de la Presidenta Claudia Sheinbaum.
El canal de YouTube de El Chavo, propiedad de TelevisaUnivision, tiene 6.7 millones de suscriptores y todos los días publica clips de los episodios originales. La gran incógnita es: ¿Cómo es que un mercado con muchas opciones de series y contenido de creadores, los programas de Roberto Gómez Bolaños continúan entre los más populares?
“Más allá del impacto económico que ha tenido a lo largo de los años, es que se trata de un tipo de comedia muy especial, ‘blanca’, familiar, diferente, que no recurre a lo fácil, como a la vulgaridad o la polarización para entretener”, explicó Emilio Azcárraga Jean para el citado medio.
Un hito cultural y social en Latinoamérica
El Chavo encontró fama en toda Latinoamérica, pero fue en Brasil, el mercado más grande de la región, donde encontró un éxito inigualable. Televisa licenció los derechos al Sistema Brasileiro de Televisão (SBT) en 1994, una cadena de televisión abierta que lanzó la serie doblada al portugués; El Chavo pasó a ser Chaves.
“Hay pocas series de televisión que tienen un verdadero impacto a nivel internacional, y los programas de Chespirito sin duda están entre esos. Son icónicos”, añade Azcárraga Jean. “Es contenido al que le tienes confianza para que tus hijos lo vean, y eso tiene mucho mayor relevancia hoy, cuando muchas producciones se van al lenguaje, a la vulgaridad, a la violencia para tener éxito”.
Brasil, que tiene casi 100 millones de habitantes más que México, hoy tiene todavía una afición casi desbordada por la serie. Aunque en 2015, SBT y Televisa finalizaron su alianza de contenidos, SBT continuaba exhibiendo al Chavo por su valor para aumentar los ratings de la programación.
No hay una cifra exacta sobre cuánto han generado los programas de Chespirito a lo largo de su historia, pero la revista Forbes estimaba en 2012 que entre 1992 y 2012, Televisa había cobrado alrededor de $1,700 millones de dólares simplemente sindicalizando los derechos de transmisión.
Además, el medio especulaba que la cadena ganaba al menos $24 millones de dólares cada año por la mercancía y otras colaboraciones. Por eso, no sorprende que cuando Netflix entró a México en 2011, una de las primeras cosas que hizo fue licenciar el contenido de la biblioteca de Televisa por al menos cinco años.
No se hicieron públicos los detalles del acuerdo, pero según personas cercanas a la empresa, Televisa se llevó por lo menos más de $100 millones de dólares. De esto, los programas de Chespirito, que habían dejado de producirse casi 20 años antes, habrían representado más de 20% de la transacción.
La creación atemporal del Grupo Monterrey
Aunque Chespirito siempre ha sido una mina de oro para Televisa, uno de sus programas más exitosos no nació en sus canales. Gómez Bolaños comenzó escribiendo guiones para programas de radio y televisión en Publicidad Darcy durante la década de los 60, entre ellos, para Viruta y Capulina.
Estos programas eran transmitidos por Canal 2, de Telesistema Mexicano (TSM), que era controlado por Emilio Azcárraga Vidaurreta. La historia tendría un giro cuando en 1967, el Presidente Díaz Ordaz otorgó dos nuevas concesiones de televisión, y una de éstas terminó en manos de Eugenio Garza Sada.
La iniciativa fue bautizada como Televisión Independiente de México (TIM), y quedaría dentro de las responsabilidades que encabezaba Bernardo Garza Sada, aunque se le conocía más como "Canal 8". Aquí, nacieron las series creadas por Gómez Bolaños, incluyendo a El Chapulín Colorado y, en junio de 1971, El Chavo del 8.
Canal 8 no podía ganarle a Canal 2 en telenovelas ni en deportes. Pero El Chavo del 8 (siendo la elección del número 8 un guiño a la televisora) rápidamente se convirtió en uno de los pocos programas que verdaderamente competía con el Canal 2 en su horario.
Tras una complicada competencia entre Canal 8 y Canal 2, lo que terminó sucediendo fue una fusión. La guerra de precios por los anunciantes y por el talento estaba perjudicando los resultados de ambas empresas, así que en septiembre de 1972, Garza Sada y Azcárraga Milmo llegaron a un acuerdo.
De esa fusión nació Televisa, que dominó al país durante las siguientes décadas. Grupo Monterrey tenía entonces 25% de las acciones en esta empresa, pero tras la devaluación de 1982 tuvieron que venderlas. Finalmente, Televisa se deshizo de algunos activos y consiguió ese paquete de acciones.
¿El mayor éxito de América Latina?
En un mundo en donde sobra contenido, resulta extraordinario que una serie que nació en la década de los 70s y que se dejó de producir en 1995 siga siendo tan popular entre nuevas generaciones. En el artículo antes mencionado de Forbes, explicaban que esto podía deberse a las conexiones tan humanas de los programas.
En comparativa, la serie Friends podría estarle todavía generando alrededor de $1,000 millones de dólares al año a Warner Bros. Discovery. Su último episodio se transmitió en 2004, y según informes, cada uno de los episodios debió haber costado más de $10 millones de dólares.
Entonces, ¿Cuánto habría costado producir cada uno de los más de 1,800 episodios de El Chavo del Ocho, El Chapulín Colorado y Chespirito? De momento, y dependiendo del país, este contenido está disponible en Vix, Amazon Prime y Netflix, además de los clips que hay en los respectivos canales oficiales en YouTube.
Asimismo, la serie de Sin Querer Queriendo, que se estrenó hace algunos meses en HBO Max y que fue producida por Roberto y Paulina Gómez Fernández, hijos de Chespirito, rápidamente se convirtió en la producción latinoamericana más exitosa para esa plataforma, colocándose entre los cinco títulos más vistos a nivel global.
Con esto, se demuestra que los personajes de Gómez Bolaños continúan vigentes, ya sean en caricaturas como El Chavo Animado, estrenada en 2006 y que se ha vuelto un programa casi de culto para los internautas por su potencial para "memes", o mediante series biográficas como Sin Querer Queriendo.
Quizá la evidencia más reciente del simbolismo latinoamericano que representa Chespirito fue el sketch de Saturday Night Live, contando incluso con Bad Bunny como Quico. Esto, más que una parodia, fue una rendición de uno de los episodios del programa, recibiendo una crítica positiva por parte de los espectadores, incluso en Estados Unidos.
“Chespirito ya no es solo mexicano. Se ha convertido en un símbolo de la clase media hispana, sin importar dónde se encuentre”, escribió el New York Times en 2014.
¿En algún momento El Chavo del 8 dejará de ser popular? Puede ser, pero mientras Televisa y los hijos del comediante continúen manteniendo vivo el legado, habrán tortas de jamón para rato.