2019-06-14

¿Crees que es posible descifrar la conducta del ser humano?

¿Qué tan hábil eres para leer los movimientos de una persona y predecir su accionar? Descifrar el comportamiento del ser humano es posible.

¡La respuesta es sí! Y su explicación se basa en alrededor de 175 sesgos cognitivos que inciden en el proceso de toma de decisiones de las personas

Te preguntarás entonces: ¿Qué son los sesgos cognitivos? Bueno… aquí te lo explicaremos: Un sesgo cognitivo es un acceso directo en el cerebro que está diseñado para ayudar al ser humano a interpretar situaciones y sobrevivir, es decir, está cien por ciento relacionado con nuestra conducta.

Entendiendo esto, el escritor Buster Benson se puso en la tarea de diseñar un códice gigante en el cual organizó 175 sesgos cognitivos, agrupados en 4 categorías a las que llamó “problemas o acertijos”. El Objetivo: tener herramientas que ayuden a ahorrar tiempo y energía a nuestro cerebro a la hora interpretar y actuar en diferentes situaciones.

Los 4 problemas o acertijos expuestos por Benson son:

Problema 1: Demasiada información

Existe demasiada información en el mundo y no tenemos más remedio que filtrar casi todo; esto sirve a nuestro cerebro para utilizar algunos trucos que le ayuden a seleccionar sólo aquella información que en el momento le sea más útil.

  • Observamos cosas que ya están dentro de la memoria o se repiten con frecuencia: Nuestro cerebro tiene mayor probabilidad de identificar situaciones relacionadas con eventos pasados que fueron cargados en nuestra memoria.
  • Cosas extrañas/divertidas/visualmente impactantes/sin gracia: Nuestro cerebro tiene la capacidad de incrementar la importancia de las cosas que son inusuales o sorprendentes. A su vez, tiende a omitir información considerada ordinaria o esperada.
  • Identificamos cuando algo ha cambiado: Por lo general, tendemos a evaluar la importancia del nuevo valor por la dirección en que ocurrió el cambio (positivo o negativo) más que en reevaluar el nuevo valor como si se hubiera presentado solo. También se aplica cuando comparamos dos cosas similares.
  • Nos atraen los detalles que confirman nuestras propias creencias existentes: Tendemos a ignorar detalles que contradicen nuestras propias creencias.
  • Nos es más sencillo notar fallas en un tercero que en nosotros mismos: Solemos identificar las fallas ajenas, más no las propias.

Problema 2: Falta de significado

El mundo es confuso y en consecuencia el ser humano sólo alcanza a ver una parte de él. Sin embargo, es necesario comprenderlo para poder sobrevivir. Una vez que nos llega el flujo reducido de información, conectamos los puntos y rellenamos los vacíos con cosas que ya pensamos que sabemos y que conocemos y, a partir de ahí, actualizamos nuestros modelos mentales sobre el mundo.

  • Encontramos historias y patrones incluso en datos escasos: Nunca tenemos el lujo de contar con la ‘película completa’, por lo que nuestro cerebro decide reconstruir el mundo con la información que tiene para sentir la historia completa en nuestra cabeza.
  • Ante nuevas ideas o lagunas de información, solemos rellenar vacíos con las características de estereotipos, generalidades e historias que ya hemos vivido o conocido: Cuando se tiene información parcial sobre algo que pertenece a situaciones con las que se estamos familiarizados, nuestro cerebro no tiene problemas para relacionar actos y llenar los vacíos con meras conjeturas.
  • Creemos que las personas con las que tienes relación son mejores en comparación con aquellos que no conoces, o no son de tu agrado: Similar a lo anterior, nuestro cerebro incluye suposiciones integradas sobre la calidad y el valor registrado hacia un tercero, situación u objeto.
  • Simplificamos las probabilidades y números para comprenderlos con mayor facilidad: Nuestra mente subconsciente no es muy buena con las matemáticas y generalmente obtiene todo tipo de cosas equivocadas sobre la probabilidad de que algo suceda si falta algún dato.
  • Creemos que sabemos lo que piensan los demás: El ser humano cree poder saber lo que otros piensan, por lo que tiende a asumir que un tercero sabe lo que él conoce.
  • Proyectamos nuestra mentalidad actual sobre suposiciones pasadas y futuras: El ser humano no es muy bueno imaginando qué tan rápido o lento sucederá o cambiará alguna situación con el paso del tiempo.

Problema 3: Necesidad de actuar con rapidez

Estamos limitados por el tiempo y la información, pero no podemos dejar que esto nos paralice. Sin la posibilidad de actuar rápidamente ante la incertidumbre, no estaríamos en la capacidad de evaluar en qué medida nos puede afectar una situación y así poder tomar decisiones que nos ayuden a predecir que podría suceder en el futuro.

  • Para actuar, es necesario confiar en nuestra capacidad y sentir que vale la pena: Sin confianza, el ser humano no pudiera actuar en lo absoluto.
  • Con el objetivo de mantenernos enfocados, tendemos a favorecer la inmediatez: Se valoran más las situaciones presentes que las futuras. A su vez, tienen mayor impacto las historias de individuos específicos que grupos anónimos.
  • Se está motivado a concluir tareas cuando se invierte tiempo y energía: “Un objeto en movimiento, se mantiene en movimiento”. Esto ayuda a finalizar tareas, incluso si existen razones para rendirse.
  • Preservamos nuestra autonomía para evitar decisiones irreversibles: Si se trata de elegir, las personas escogen el camino menos riesgoso o que preserva su status quo.
  • Preferimos las opciones simples o que doten de mayor información, sobre las opciones que consideramos más complejas: Primero se llevamos a cabo la acción más sencilla o rápida y después lo importante.

Problema 4: ¿Qué debemos recordar?

Con una fuente infinita de información en el universo, el cerebro sólo almacena los datos que considere más útiles para nuestro futuro. Cuando se trata de elegir detalles, se opta por aquellos elementos destacados; los demás, ¡Se olvidan!

  • Editamos y reforzamos algunos recuerdos después de que han sucedido: Los recuerdos pueden volverse más fuertes, pero algunos detalles pueden modificarse por accidente.
  • Descartamos los específico y nos vamos por general: El impacto de las asociaciones implícitas, estereotipos y prejuicios da como resultado diversas decisiones que muestran los sesgos cognitivos de la persona.
  • Reducimos situaciones o eventos a sus elementos clave: Reducir eventos para crear listas de generalidades, es complicado. Por lo que el cerebro decide seleccionar ciertos elementos para representar el conjunto.
  • Guardamos los recuerdos en función de lo que hemos vivido: Nuestro cerebro tiende a codificar la información importante en el momento, lo que indica que tiene poco que ver con el valor de la información.

Es importante tener muy presente que los sesgos cognitivos son solo herramientas útiles en los contextos correctos y perjudiciales en otros. Al familiarizarse con ellos, podría resultar más sencillo procesar lo que sucede en la realidad basándose en la información generada por nuestro cerebro.

Y Tú, amigo lector, ¿Qué opinas?...

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