Museo Jardín del Agua, un tesoro escondido a plena vista en Ciudad de México
Adéntrate en la profundidad del Bosque de Chapultepec y descubre la fuente de Tlaloc.
Dentro de la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, Ciudad de México, se encuentra un museo poco concurrido pero rico en historia y cultura mexicana: el Museo Jardín del Agua. Fue construido entre 1950 y 1952 y es una colaboración del arquitecto Ricardo Rivas, el ingeniero Eduardo Molina y el muralista Diego Rivera, quienes buscaron enaltecer la cultura mexicana desde la impactante Fuente de Tlaloc hasta el mural El Agua, Origen de la vida.
El Agua, Origen de la vida: El impresionante mural fue pintado en 1951 por Diego Rivera en el Cárcamo de Dolores y formaba parte del Sistema Hidráulico del Lerma. Durante 40 años se encontró bajo el agua sufriendo desgaste, hasta que en el 2002 finalmente fue clausurado el paso de agua, restaurado y abierto para la apreciación del público.
Diego Rivera toma inspiración de Aleksandr Oparin, quien propuso que la vida evolucionó desde organismos simples en el fondo del océano. Esto se ve reflejado en el mural, pues en el centro se observan células simples que van creciendo hasta convertirse en moluscos, plantas y animales hasta llegar al ser humano. Este está representado por un hombre afroamericano y una mujer asiática, como referencia a los primeros humanos y a su alrededor se encuentran agricultores indígenas.
En la parte superior del mural se observan a los científicos, representando el avance del ser humano y homenajeando a los ingenieros del sistema hidráulico. El mural no solo refleja la evolución, sino también la relación que siempre hemos tenido con el agua y la importancia de esta en nuestra vida cotidiana, generando una que los visitantes reflexionen sobre su cuidado.
Fuente de Tláloc: La fuente solo puede describirse como impactante y un verdadero homenaje a la cultura prehispánica. Diego Rivera logra plasmar al Dios Mexica de la lluvia y el relámpago en una piscina de 30 metros. En esta se puede observar a Tláloc recostado, como congelado en medio de un salto, cubierto de mosaicos amarillos, verdes, rojos y blancos.
Su mano derecha sostiene 2 mazorcas de maíz y la izquierda simula el sembradío de la misma, mientras que en la planta del píe izquierdo se aprecia un águila posada sobre un nopal. Alrededor del Dios se encuentran dibujos de peces, víboras, arañas e incluso de la serpiente emplumada, Quetzalcóatl.
La fuente cuenta con dos cabezas de Tlaloc, pues está pensada para apreciarse desde dos ángulos distintos: el aero que se puede ver desde la ventana de los aviones o la vista que se obtiene dentro del Cárcamo de Dolores.
Finalmente, existe un tercer elemento que une a ambas obras de arte y es la arquitectura del edificio. Si el visitante se sitúa dentro del cárcamo y observa la fuente de Tlaloc puede ver la segunda cara del dios, con una águila en la cabeza y la fuente formando un penacho sobre esta. Además, está enmarcada y centrada por los pilares del edificio y las gradas exteriores que hacen alusión a la forma de una pirámide. Creando una unificación entre el agua, la evolución y la cultura mexicana.
Definitivamente el Museo Jardín del Agua es uno de los tesoros escondidos a plena vista en la Ciudad de México, ya que cualquiera que tiene la suerte de encontrarla queda impresionado.
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