Niños y niñas de la colonia Progreso en Culiacán celebran su día con una fiesta llena de alegría y solidaridad
La celebración en la colonia Progreso en Culiacán fue una emotiva jornada de felicidad. La unión y el cariño se convirtieron en el mejor regalo para sembrar esperanza y alegría en la niñez


Culiacán, Sinaloa.- Con juegos y gestos generosos, se sembraron recuerdos que durarán toda la vida. Porque cuando el cariño se comparte, la niñez crece fuerte y el mañana se llena de esperanza. En la colonia Progreso celebran el Día de la Niñez con un acto de amor colectivo que unió corazones y esfuerzos.
El emotivo festejo fue un verdadero regalo para los pequeños, quienes disfrutaron de juegos, rompieron piñatas y recibieron bonitos obsequios, en una fiesta donde la alegría infantil fue la protagonista en la Unidad Deportiva Progreso Los Ayalés.
Las madres de familia también se sumaron al festejo con un cuadro musical que llenó de entusiasmo y color la tarde, generando un ambiente aún más especial para los festejados.
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El comité de vecinos expresó su agradecimiento a todos aquellos que colaboraron para hacer posible esta maravillosa actividad. Entre ellos, destacaron a la diputada Arely Ruiz, quien donó un delicioso pastel, y al legislador Jesús Ibarra, que aportó dulces para compartir entre los asistentes.
Alegría y solidaridad en fiesta infantil en la Progreso
Además, personas de gran corazón se sumaron de manera voluntaria a esta noble causa, colaborando con la decoración del espacio, así como con refrescos, jugos, bolis y regalos, detalles que hicieron aún más especial la celebración.

Los padres también pusieron su granito de arena, organizando la comida y contribuyendo con la renta de mesas y más bebidas para que el evento tuviera todo lo necesario.
“Siempre estamos muy agradecidos con todas esas personas que nos brindan su apoyo para hacer realidad eventos tan emotivos como este, dedicado a los niños y niñas de la colonia Progreso”, compartió con emoción Sandra León, vecina e integrante del comité vecinal.
Además, Sandra manifestó que no existe regalo más valioso que el tiempo compartido ni gesto más poderoso que el de hacer sonreír a una niña o un niño. En cada risa, en cada abrazo y en cada mirada llena de ilusión, se sembró una semilla de paz y esperanza.

En la colonia Progreso quedó demostrado que los lazos comunitarios son capaces de transformar momentos simples en recuerdos imborrables. Porque cuando el corazón de todos late al mismo ritmo, la infancia florece rodeada de alegría, dignidad y ternura.