Solo hay dos opciones en la vida

Una te liberará. 

La otra te mantendrá a salvo.

En 2017, me contaron una historia que jamás olvidaré.

Era el primer día de un curso de tantra al que me había inscrito, llamado Libera tu Mente.

Me había inscrito porque quería aprender a perdonar mi pasado, a amarme a mí mismo y a amar a los demás. 

Pero bajo mi sencilla sonrisa y mi actitud educada, estaba asustado.

De hecho, estaba petrificado.

Después de que todos nos reunimos en círculo, el maestro no empezó presentándose ni contándonos cómo sería el retiro de 4 días.

Inicio contándonos una historia que marcó el tono de lo que vendría después.

Un niño jugaba en el campo cuando una mariposa se posó en la palma de su mano.

Esta mariposa era tan hermosa que el niño quiso quedársela.

 Así que rápidamente cerró el puño.

Al abrirlo de nuevo para mirarla más de cerca, se dio cuenta de que la había matado.

El niño estaba tan disgustado con lo que había hecho que caminó a casa y se fue directo a la cama.

Al día siguiente, mientras jugaba de nuevo en el campo, otra mariposa voló hacia su palma.

Ahora, aunque el niño quería retener la mariposa de la misma manera, sabía que no era así.

Así que, en lugar de cerrar el puño y lastimarla, dejó la palma abierta.

Contempló y se maravilló ante el ser delgado como el papel, de colores del arcoíris, que se encontraba en el centro de su mano.

La mariposa finalmente se fue volando, pero esto le enseñó al niño una valiosa lección:

Amar algo es darle libertad. 

Y la única manera de que regrese es permanecer abierto.

El amor suelta. 

El miedo retiene.

Eso es lo que haremos esta semana.

Aprenderemos a abrir las palmas de las manos de nuevo para amar con más libertad.

Neale Donald Walsch, autor de Conversaciones con Dios y uno de mis pensadores espirituales favoritos, articuló la esencia de esto maravillosamente:

“Solo hay dos energías en el centro de la experiencia humana: el amor y el miedo. 

El amor otorga libertad, el miedo la arrebata. 

El amor invita a la plena expresión, el miedo la castiga”.

Ya no quería castigarme ni castigar a los demás, así que poco a poco comencé a desvelar las capas de mi corazón para entender cómo amar.

Fue un proceso lento, pero al amarme más, tuve más amor para dar.

Fue entonces cuando aprendí que el amor empieza por dentro y luego se desborda. 

No al revés.

El amor y el miedo son caras opuestas de la misma moneda.

A medida que avanzaba la semana, mi profesora quería asegurarnos que el amor y el miedo no están enfrascados en una guerra civil y que la única manera de amar más profundamente es superar el miedo que todo lo consume.

Son más bien compañeros de vida.

Gemelos con un pasado diferente.

Uno creció en un hogar acogedor. 

El otro en uno convulso. 

Pero siguen siendo gemelos. 

Siguen perteneciendo juntos. 

Nunca podrán separarse.

El miedo es una emoción importante en la vida. 

Agudiza nuestros sentidos, nos prepara para la acción y nos enfoca. 

También resalta la importancia de las cosas ante una pérdida.

Simplemente, cuando el miedo es el motor de las relaciones, puede conducir a la falta de confianza, la manipulación, la falta de libertad y el control.

El amor, en cambio, es lo opuesto. 

Es el "enfoque de la palma abierta", el que sabe que la única manera de mantener vivas las cosas es darles la libertad de jugar y explorar.

El que mantiene el aprecio, la curiosidad y el asombro en primer plano, y el amor, la compasión y la alegría en el centro de su corazón.

Es un cambio sutil, pero tiene grandes consecuencias.

El amor te hará libre. 

El miedo te frenará.

Elige el amor.

Es más divertido.

Estás listo y eres capaz de hacer cosas hermosas en este mundo.

Al cruzar esas puertas hoy, solo tendrás dos opciones: amor o miedo. 

Elige el amor y nunca dejes que el miedo te vuelva en contra de tu corazón juguetón.