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¿De qué trata la campaña Banco Rojo realizada en Morelos?

El estado de Morelos participa en la Campaña del Banco Rojo, una iniciativa internacional que busca generar conciencia sobre la violencia de género y los feminicidios.

4 abril, 2025
Banco Rojo en un bosque. Foto. Pixabay.
Banco Rojo en un bosque. Foto. Pixabay.

El estado de Morelos se ha unido a una campaña internacional que busca hacer conciencia sobre la violencia de género y los feminicidios: la Campaña del Banco Rojo. Esta iniciativa, aunque sencilla en apariencia, lleva un poderoso mensaje de paz, respeto y memoria.

Consiste en colocar bancos pintados de rojo en espacios públicos, con frases que invitan a reflexionar sobre la violencia hacia las mujeres. Su color representa la sangre derramada por víctimas de feminicidio, y su presencia silenciosa busca generar un cambio profundo en la sociedad.

La idea original nació en Italia en 2016 y ha llegado a varios países del mundo. En México, diferentes estados, incluyendo Morelos, han adoptado esta propuesta como una herramienta de prevención y educación.

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Lo interesante es que no se trata solo de colocar un banco; se trata de un proceso de participación comunitaria, donde escuelas, autoridades, familias y colectivos sociales se unen para enviar un mensaje claro: “Ni una más, ni una menos”.

¿Por qué un banco?

Un banco rojo no solo es un objeto de uso común, sino también un símbolo que permanece visible en calles, parques y plazas.

Su color llama la atención de quienes lo ven y, al leer las frases que lo acompañan, las personas se detienen a pensar, a cuestionarse y a hablar del tema. Es una forma pacífica pero poderosa de invitar al diálogo y al cambio.

En Morelos, la campaña se ha implementado en municipios como Cuernavaca, Jiutepec y Temixco, donde autoridades locales han colaborado con organizaciones civiles y educativas. Escuelas secundarias y preparatorias, por ejemplo, han participado activamente en pintar los bancos y reflexionar sobre el papel de cada persona en la construcción de una cultura de paz.

Educación para la paz

Lo más valioso de esta campaña es que no se queda solo en lo simbólico. Cada inauguración de un banco rojo va acompañada de actividades educativas: charlas, talleres, obras de teatro y foros abiertos.

En estos espacios se habla de temas como el respeto, la equidad de género, la empatía y la resolución pacífica de conflictos. De esta forma, se siembran semillas de conciencia entre niñas, niños, jóvenes y adultos.

Además, se promueve que los bancos se instalen en lugares estratégicos: cerca de escuelas, centros comunitarios o plazas concurridas. Así, el mensaje se mantiene presente día a día y no se olvida.

Banco Rojo en Morelos. Foto. suracapulco.mx
Banco Rojo en Morelos. Foto. suracapulco.mx

Un paso más hacia la igualdad

En un país donde la violencia de género sigue siendo un problema grave, campañas como la del Banco Rojo son un ejemplo de cómo se pueden buscar soluciones desde lo local, con acciones simples pero significativas.

En Morelos, esta iniciativa ha sido bien recibida por la comunidad, y cada banco pintado es una muestra de compromiso con una sociedad más justa, segura y empática.

El reto es grande, pero cada paso cuenta. Morelos demuestra que con creatividad, colaboración y educación, se pueden construir caminos hacia la paz. Y aunque un banco no puede cambiar el mundo por sí solo, sí puede iniciar conversaciones que cambien conciencias.

Con cada banco rojo, se honra la memoria de quienes ya no están y se protege el futuro de quienes aún están por crecer. Porque en Morelos, la paz también se construye sentándose a reflexionar, a aprender y a actuar.



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