NO CONTRATES INÚTILES
Fíjate a quien contratas
¿Te gustan los Simpsons? A mí no.
Pero claro que sé quién es Homero Simpson. Un señor flojo, con panza, torpe y obsesionado con ir al “Bar de Moe” a tomar cerveza.
Un personaje simpático, claro, pero inútil para cualquier responsabilidad seria. Lo sorprendente es que Homero no trabaja en un puesto cualquiera. Homero trabaja en la Central Nuclear de Springfield, sentado frente al panel que controla un reactor nuclear. Ese hombre, que apenas puede con su vida, es el encargado de que no explote el pueblo.
¿Y de quién es la culpa que Homero Simpson esté sentado ahí? De su jefe, el Sr. Burns.
¿Qué es lo mejor que podría hacer el Sr. Burns como propietario de la planta? Sacar a Homero Simpson de ahí.
No necesita crear manuales operativos, no necesita estandarizar 300 procesos y tampoco necesita motivarlo ni darle cursos de liderazgo. Solo necesita sacarlo de ahí. Punto.
Muchos dueños de negocios, CEOs y directores que conozco, incluyéndome a mí, hemos permitido lo mismo alguna vez: tener personas que no tienen las capacidades, ni el criterio, ni la madurez para estar donde están.
Incluso, algunos los ponemos frente al “panel de control” de nuestra empresa. Y luego nos sorprendemos cuando explota algo.
No es un problema de procesos, ni de falta de KPI’s, ni de estructura. Es un problema de personas.
Es un problema de tener a Homero Simpson encargado de una tarea crítica.
Y por más manuales, dashboards o métricas que quieras poner, no vas a convertir a un Homero Simpson en alguien que no es, aunque tú le quieras ver el talento.
La tentación de sofistificar una empresa es fuerte. Sofisticar lo hace cualquiera. Agregar herramientas, indicadores, reportes, formatos, esa es la parte fácil. La parte difícil, y la más valiosa, es simplificar.
Y la simplificación empieza por lo más obvio: “Deja de contratar y de retener inútiles.” No sigas poniendo a Homeros frente al panel nuclear de tu negocio.
