Pequeños artistas, grandes mensajes: Daianna y Alexander pintan sueños y protegen al planeta con su arte en Culiacán
Con una infancia rodeada de arte y amor, Daianna Elizabeth e Iván Alexander, hermanos de Culiacán, han logrado destacar en concursos estatales y nacionales de dibujo infantil por su talento y conciencia ecológica


Culiacán, Sinaloa.- En una casa llena de colores, imaginación y amor, dos hermanos culiacanenses han demostrado que el arte no solo se pinta en papel, también se vive, se comparte y se sueña. Daianna Elizabeth e Iván Alexander Rochín Ruiz, estudiantes de la primaria “Dr. José Mariano Carlón López” en el fraccionamiento Villas del Real, brillaron a nivel estatal y nacional al ganar importantes concursos de dibujo infantil gracias a su talento, sensibilidad y compromiso con el medio ambiente.
Lo que los une va más allá de los lazos familiares: los unen los pinceles, los cuadernos llenos de ideas y la convicción de que, a través del arte, los niños pueden cambiar el mundo.

Niños que inspiran: Daianna y Alexander pintan para cambiar el mundo
Daianna: una niña que pinta para cuidar al planeta y llevar un mensaje de amor por la vida. A sus 11 años, Daianna Elizabeth ganó el primer lugar estatal en el XLVIII Concurso Nacional de Pintura Infantil “La Niñez y la Mar” 2025, organizado por la Secretaría de Marina. Su obra, titulada “Amar a la Vida”, refleja su profundo amor por la naturaleza.
El dibujo está dividido en dos partes: un mar contaminado y un mar limpio. En el centro, una niña piensa cómo puede ayudar al planeta. Una pequeña tortuga la acompaña para recordar que, incluso, una simple bolsa de plástico puede ser mortal para los animales marinos.
Daianna lo explicó con la claridad de quien siente el mundo: “Amo mucho la vida. Amo los animales. Mis favoritos son los gatos en la tierra y las tortugas en el mar. Ellos no tienen voz, pero sienten. Por eso debemos cuidarlos”.
Su pasión por proteger a los animales en especial de las tortugas nació desde que era más pequeña y el participar en una liberación de quelonios en Elota. Aquel momento, verlas avanzar hacia el mar, fue una experiencia que la marcó para siempre y despertó en ella el deseo de cuidar más la vida marina.

Ganar el concurso “La Niñez y la Mar” le regaló su primer viaje en avión, la oportunidad de conocer Veracruz, al Estado de México, las pirámides de Teotihuacan y convivir con niñas y niños de todo el país.
“Fue una experiencia muy bonita. En todo momento recibí excelentes atenciones. Aprendí mucho y me sentí muy feliz”, recordó muy emocionada.
Daianna sueña con convertirse en influencer ambiental, usando el arte como herramienta para enseñar a otros niños a cuidar el planeta mediante campañas creativas y mensajes positivos.
Alexander: un pequeño artista que protege manglares y sueña con enseñar a otros. A sus 9 años, Iván Alexander Rochín Ruiz ganó el primer lugar estatal en el concurso nacional de dibujo infantil 2024 “Vamos a Pintar un Árbol”, organizado por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR). Su dibujo sobre manglares conquistó al jurado por su precisión, profundidad y mensaje ambiental.

“El mundo del arte me encanta. Amo pintar”, expresó Alexander con la ilusión de quien ha encontrado una pasión para toda la vida.
Sus primeros dibujos fueron en blanco y negro; en uno de ellos retrató a toda su familia, marcando el inicio de un camino artístico que no ha dejado de crecer.
Su fascinación por los manglares tiene una explicación clara y sorprendentemente madura: “Me gustan mucho los manglares porque viven entre el mar y el río; son como una pared natural que nos protege de huracanes, mareas altas e inundaciones. Ahí se esconden muchos animalitos y también cuidan las playas cuando hay olas fuertes. Por eso tenemos que protegerlos”.
Para Alexander, ganar el concurso fue una sorpresa que llenó su corazón: “Me sentí muy feliz porque había dibujos de otros niños muy bonitos”.
Sueña con ser maestro de arte o psicólogo, porque le encanta ayudar a los demás, escuchar, entender cómo sienten las personas y acompañarlas cuando están tristes. Su mamá Elizabeth mencionó que es un niño empático, observador y sensible, cualidades que, tal como su arte, lo hacen brillar.

Arte en familia: un hogar que inspira y acompaña. En la casa de Alexander y Daianna, los colores forman parte de la vida diaria. Su mamá, Elizabeth, y sus abuelitos han sido pilares fundamentales, siempre listos para celebrar cada dibujo, cada idea y cada logro. También reconocen el apoyo de la directora del plantel al que asisten, Mirna Maribel Cota García, y de sus maestras, quienes han impulsado su talento y creatividad desde las aulas.
El corazón también pinta: Daianna y Alexander inspiran a otros niños a cuidar la naturaleza con sus dibujos
Daianna y Alexander crecieron llenando hojas en blanco mucho antes de aprender a escribir; hoy, esos trazos infantiles se han convertido en obras que inspiran y permiten que otros niños descubran el poder del arte.
Ambos hermanos comparten un mensaje que nace desde su corazón: “Invitamos a todos los niños a dibujar y pintar, porque el corazón se llena de colores. El arte te hace sentir feliz, te ayuda a soñar y a crear cosas que solo tú imaginas. No tienes que dibujar perfecto; solo necesitas ganas de divertirte”.
Y concluyen con una invitación que abraza: “Pintemos juntos. Hagamos que el mundo sea un lugar más bonito con nuestros dibujos”.
La historia de Daianna y Alexander nos recuerda que la creatividad florece cuando se riega con amor, acompañamiento y oportunidades. Sus logros no solo hablan de talento, sino del poder transformador de la educación artística y del amor por la naturaleza en la niñez.

Hoy, estos dos pequeños artistas demuestran que los sueños también se dibujan: se trazan con paciencia, se colorean con esperanza y se comparten con quienes aman. Nos enseñan que una hoja en blanco puede convertirse en un mundo nuevo cuando se mira con imaginación.
Daianna y Alexander lo confirman con cada obra: los sueños brillan cuando se pintan con amor y se comparten desde el alma. Porque un niño o niña que crea imagina y ama lo que hace, puede llegar tan lejos como alcancen sus colores… y tan alto como su corazón se atreva a soñar.







































