Verónica Gallo con sus Antojitos Vero tiene el sabor de Durango en Villa Juárez
Con rocos guisos y quesadillas gigantes tiene la oferta gastronómica de los tianguis de Culiacán y Villa Juárez
En el corazón del Tianguis de Villa Juárez, entre el bullicio de los comerciantes y el ir y venir de los clientes, Verónica Gallo Espinoza ha logrado consolidar un negocio que es sinónimo de sabor y tradición. Sus Antojitos Vero le ponen el sabor de durango a los visitantes.
Con su puesto "Antojitos Vero ", esta emprendedora originaria de San Miguel de Cruces, una comunidad serrana del estado de Durango, ha conquistado el paladar de muchos visitantes de Villa Juárez, con la auténtica gastronomía de su tierra natal.
Desde hace 12 años, Verónica y su familia han trabajado arduamente para ofrecer un variado menú de gorditas, pellizcadas, burritos, quesadillas y taquitos, con una gran diversidad de guisos como chicharrón, cochinita, carne de puerco en chile colorado, deshebrada en salsa verde, picadillo, asientos con queso, frijol con queso y chiles rellenos.
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Sin embargo, su especialidad y orgullo del negocio son las quesadillas gigantes y los burritos con esas mismas tortillas de harina de trigo tipo “sobaqueras” que afanosamente prepara en su casa una noche antes de la venta, al parejo de los guisos que ofrece.
El negocio es completamente familiar. Acompañada por su esposo, Jaime Guadalupe Cetina Bartarrachea; su hija verónica Guadalupe, quien ya es cosmetóloga, y su hijo Oscar Giovanni, quien perdió la vista hace dos años, pero sigue siendo una pieza fundamental en el servicio.
"Los clientes aquí lo conocen porque siempre nos ayudaba, y como se le quedó grabado cómo se movía, nos sigue ayudando", comenta Verónica con orgullo para Tus Buenas Noticias.
Un sueño que costó trabajo
El camino no ha sido fácil. Antes de establecerse en Culiacán, Verónica vivió en Tijuana, donde formó su familia desde que tenía 20 años. Sin embargo, la idea de tener un negocio propio siempre estuvo presente, y fue su hermana, que tiene un negocio igual, quien la animó a mudarse y comenzar su emprendimiento.
"El primer medio año del negocio me fue muy mal. Yo lloraba y decía, pues cómo es posible que no venda. Pero yo no entendía que a esto hay que tenerle paciencia, hay que aclientarse y trabajar con el sabor", recuerda.
La perseverancia y la pasión por la cocina la llevaron a superar ese difícil inicio. Poco a poco, fue ganándose la confianza de los clientes, quienes hoy la visitan fielmente cada domingo en el Tianguis de Villa Juárez.
Pero también entre semana su sabor está en los tianguis de la Terrones y el de la colonia 21 de Marzo en la ciudad de Culiacán.
El reto de mantenerse en pie
A lo largo de los años, "Antojitos Vero" ha enfrentado diversos desafíos, como los cambios de ubicación dentro del tianguis, lo que le ha afectado en la cantidad de espacio para instalarse y en la clientela. 
Está convencida de que en Villa Juárez la economía la mueven los trabajadores del campo. Así la temporada de hortalizas impacta directamente en sus ventas.
"Me da mucha tristeza cuando se van los jornaleros, pero me da mucha alegría cuando llegan", dice entre risas.
A pesar de las dificultades, su amor por lo que hace y el apoyo de su familia han sido fundamentales para seguir adelante. "Con este negocio mis hijos han podido estudiar, y lo que más le interesa a uno es que los hijos estudien", asegura.
Un legado de sabor y esfuerzo
Verónica Gallo Espinoza es el reflejo de la dedicación y la resiliencia. Su historia es la de una mujer que no se rindió ante las adversidades y que, con el paso del tiempo, logró hacer de "Antojitos Vero" un referente de la comida duranguense en Villa Juárez. 
Con cada gordita, quesadilla o burrito que sirve, comparte un pedazo de su historia, de su tierra y de su amor por la cocina. Nos demuestra con alegría que los trabajos honestos dan grandes satisfacciones y amistades sanas.
