Logo
Alegría, la más buscada La vida es lo que sucede cuando estás haciendo planes
NEWSLETTER #39
En esta edición hablamos de:

Optimismo Realista


DIFIERO… AL CONOCIMIENTO SE LLEGA MEDIANTE EL CUESTIONAMIENTO

OPTIMISMO. ¿ILUSIÓN O REALIDAD?...

Norma Campos
Por Mario Córdova
@mca.cordova.98

Optimismo Realista

Estoy viviendo una situación que quisiera compartir porque me parece interesante, dos de mis amigos cercanos, desafortunadamente, están pasando por una etapa similar emocionalmente, ambos tienen más o menos la misma edad y condiciones;  decidieron separarse de sus relaciones sentimentales, las dos de muchos años, más de 10, la agitación emocional ha sacudido por completo a estas dos personas, y en su versión cada uno me ha contado lo que le ocurre, o bien lo que piensa que le sucede, cada uno con sus matices y detalles; sin embargo, encontré en sus relatos dos acercamientos al tema, el primero me comenta que es de las cosas más difíciles que ha experimentado, y que le duele en muchos sentidos, pero que está seguro de que el tiempo va a acomodar las cosas, y que poco a poco se irá reincorporando, y al final va a encontrar un nuevo sentido a su vida.

El segundo me dice que el dolor que ha sentido es muy fuerte, que sus pensamientos muchas horas del día no son para nada positivos, está consciente de lo que le está ocurriendo, pero también sabe que muchas personas lo han experimentado y superado, por lo que ha decidido centrarse en mantener las circunstancias de su vida que no tienen que ver con el suceso para encontrar motivación y nuevas reflexiones; ha tomado la opción de centrarse en su carrera profesional de lleno, también se inscribió en una cancha de pádel para que le den clases, aclaro que él no había hecho deporte antes; se ha acercado mucho a su familia restante, se reúne con ellos 2 o 3 veces a la semana y, además, está pensando emprender un nuevo negocio en otra ciudad.

De estas dos reflexiones me quedo con que ambas son positivas, la palabra optimismo viene del latín “lo mejor”, y los dos están seguros de que encontrarán cómo salir adelante del momento amargo que les ocurre, pero el primero de ellos lo hace desde el deseo únicamente, a esto le llamamos optimismo ilusorio, tiene la seguridad de que las cosas se van a componer pero no sabe cómo; está demostrado que este tipo de optimismo te lleva a emociones desagradables como la ansiedad, la tristeza, el enojo, porque estás dando vueltas en el mismo tema, lo único que pasa es el tiempo, y ese produce olvido, pero no solución.

En el segundo caso le llamamos optimismo realista, que es un enfoque positivo, pero desde el análisis del problema, su reconocimiento y sobre todo un plan para resolverlo. Existe un concepto al cual se le denomina chequeo 3R, donde para reconocer una situación que nos sucede evaluamos la Realidad, Riesgo y Recursos, y de ahí partimos para hacer la regla “Si - entonces”, acciones medibles, específicas que nos produzcan nuevos pensamientos, recordemos que éstos nos llevan a ver posibilidad y, cuando lo logramos, nos conducen a ilusionarnos, que es una de las fuentes de bienestar emocional más importantes.

El optimismo sin duda ha sido crucial en los humanos para su evolución, porque todo lo que se ha creado viene de una reflexión de que las cosas pueden salir bien, ese sesgo en nuestro presente es muy importante, pero debe, sin duda, venir acompañado de un plan, la mayoría de las ocasiones no todo nuestro entorno está conmocionado, sólo una parte, pero nuestra atención natural es ver los obstáculos no lo que sí tenemos; sin embargo, esto lo podemos desarrollar y convertirlo en una habilidad de nuestro pensamiento.

La satisfacción es un derecho y no un privilegio, nosotros debemos otorgárnosla, no esperar a que las condiciones lo hagan, pero con los pies bien plantados en una estrategia que día a día avance un poco, eso nos descubrirá nuevos caminos, sin olvidar que somos lo que pensamos.

En pocas palabras, Mario opina que:

“El optimismo no es negar la realidad, sino afrontarla con conciencia y acción. Sólo el optimismo realista transforma el dolor en crecimiento.”



ATISBOS DE CONCIENCIA

OPTIMISMO REALISTA, UNA MEZCLA DE ESPERANZA Y CONFIANZA.

Norma Campos
Por Norma Campos
@normacamposmx

Optimismo Realista

En una ocasión, una mujer llegó a mi consulta con un tema de desesperanza en el ámbito de la relación de pareja. A sus poco más de 40 años no tenía una pareja estable y lo deseaba como parte de su proyecto de vida porque deseaba una familia. Pero la vida no la había “premiado con alguien”. Sus cuestionamientos y pensamientos atribulados estaban alrededor de “por qué otras menos agraciadas que yo consiguen emparejarse”, o bien “no sé qué es lo que necesito hacer para conseguirlo”, y hasta “he pensado que hay algo mal en mí que no atraigo a alguien”. El estrés y el sufrimiento no son resultado de la situación en sí misma, sino de la calidad de los pensamientos que se generan y que conducen a la desesperanza y a la desconfianza. Esta combinación, la desesperanza y la desconfianza, no aporta a una actitud positiva, optimista. Pero no se trata de vivir en un optimismo ilusorio, infantil, sin considerar la realidad. Es necesario que desarrollemos un optimismo realista, ése que no sólo nos hace soñar con un resultado deseado, o rogar a Dios que suceda, con un sentimiento de carencia y en la desesperación. El optimismo realista implica que confiemos que algo es posible de lograr o que suceda, y definamos lo que para ello nos toca a nosotros colaborar, actuar, y por supuesto que esté dentro de nuestra área de libertad. 

Algo que puede ayudarnos a mantenernos optimistas y con bienestar emocional es confiar en lo que coloquialmente decimos: “por algo ha de ser”, “por algo pasan las cosas” o incluso “hay algo que puedo aprender de esta situación”, sobre todo cuando son asuntos que no podemos cambiar. Esta idea genera en nosotros confianza de que hay una razón por la que no obtenemos o no sucede lo que queremos, o que por algo está sucediendo una situación, y confiar que hay planes superiores para algo mejor. ¿Este pensamiento hará que las cosas sucedan, que obtengamos lo que queremos o que cambien las circunstancias? Obviamente no, pero sí equilibrará nuestro estado emocional y dejaremos de resistirnos a la vida como es, a la vida como viene. No obstante, es importante que seamos proactivos y distingamos las cosas que podemos cambiar de las que no. Como en la oración de la serenidad de los grupos de autoayuda: desarrollar la sabiduría para aceptar lo que no podemos cambiar y valor para cambiar lo que sí podemos.    

A veces, no es fácil desarrollar el optimismo que buscamos, pero podemos “actuar como si”. Éste es otro recurso maravilloso para nuestro bienestar y que decidimos usar de manera consciente. Puede ser útil cuando un sentimiento empieza a controlarnos; podemos usarlo cuando un problema nos agobia, actuando “como si” ya fuera a resolverse, para seguir con nuestra vida y para generar los sentimientos que nos permitirán ver soluciones.

En pocas palabras, Norma opina que:

“Desarrollar un optimismo realista es combinar la esperanza y la confianza, pero con los pies en la tierra y de manera proactiva. Se parece al dicho A Dios rogando, y con el mazo dando.”



CREER PARA VER

SEGUIR CREYENDO EN TIEMPOS DIFÍCILES

Norma Campos
Por Kush Espinoza
@kushep

Optimismo Realista

Ya van doce meses desde que en mi ciudad comenzó una etapa bien compleja y que muchos han denominado como “narcopandemia”. No hay una forma sencilla de poner en palabras lo que esto ha significado para quienes vivimos y trabajamos aquí. Lo hemos sentido hasta en el aire, en las calles y en esas pláticas que ya no suenan igual que antes.

No sé si en esta ocasión te voy a compartir como tal herramientas para un optimismo realista, pero, como lo trato de hacer en mis escritos, te voy a hablar desde el corazón y lo que he aprendido ante esta situación tan compleja de entender; mantener la esperanza no significa hacerse de la vista gorda ante la realidad. Ser optimista en tiempos difíciles no es negar lo que pasa, sino decidir seguir creando y creyendo a pesar de ello.

No ha sido nada fácil. He visto muchas empresas que admiraba bajar sus cortinas, proyectos pausarse y hasta amigos marcharse. Pero también he visto a muchos otros seguir levantándose todas las mañanas con esa fe en que las cosas pueden mejorar. Ese tipo de optimismo, el que nace desde la resistencia y no desde un lado ingenuo, es el que creo ha mantenido a nuestro estado en movimiento.

En mi caso, la creatividad ha sido como un salvavidas. Cuando todo parecía pausarse, me di cuenta de que aún tenía algo que podía ofrecer: ideas. Y con ellas, la posibilidad de apoyar a otros que también están tratando de salir adelante. No siempre tengo claro hacia dónde voy, pero lo que sí sé, es que rendirme no está sobre la mesa.

Este último año me ha forzado a ver el optimismo desde otro ángulo. No desde frases motivacionales, sino como una herramienta de supervivencia emocional. Ser realista es entender que el problema es súper complejo, que no tiene una solución de la noche a la mañana y que no se va a resolver con discursos o con buenos deseos. Pero ser optimista es confiar en que cada acción que decidamos tomar, por más pequeña que sea, suma y nos ayudará a caminar hacia adelante.

Creo que ese pequeño acto de fe se traduce en seguir abriendo la puerta del negocio, en no recortar a nadie del equipo, en buscar oportunidades inclusive fuera del estado, o simplemente en creer que el esfuerzo diario vale la pena.

Sé que no podemos cambiar la realidad de un día para otro. Pero sí podemos decidir cómo vivir dentro de ella. Podemos seguir creyendo, seguir creando, seguir exigiendo y seguir cuidando lo que amamos. Porque ese es el tipo de esperanza que no se apaga con el miedo.

Gracias por estar aquí. Te abrazo.

En pocas palabras Kush opina que:

"Ser optimista no es negar lo que duele, sino tener el coraje de creer en lo que puede renacer. Porque, incluso, en los tiempos más difíciles, seguir creyendo también es una forma de resistencia."



ATREVERSE A IMAGINAR Y APRENDER

LUZ COMPARTIDA

Norma Campos
Por Andrea Valenzuela
@avrivas

Optimismo Realista

Últimamente he sentido el peso del mundo en los hombros. Noticias de guerras, desastres naturales, divisiones políticas, historias de pérdida... hay días en que parece imposible mantener la fe. En medio de tanto ruido, me descubro preguntándome si seguir creyendo en el bien, en la bondad humana, no será una forma de ingenuidad. Y pienso en Michelle Obama cuando dice que el optimismo no es una postura cómoda, sino una disciplina diaria. Que hay que trabajar por la esperanza, incluso cuando cuesta.

El optimismo realista, ese que me interesa cultivar, no es cerrar los ojos ante el dolor, sino mantenerlos abiertos con el corazón despierto. Es mirar lo que duele sin huir, y aún así elegir construir, cuidar, tender la mano. Es entender que no se trata de confiar en que el mundo cambiará por sí solo, sino en que nosotros podemos seguir cambiando dentro de él.

Lo que me sostiene no es la certeza de que todo saldrá bien, sino la convicción de que juntos podemos sostenernos mientras lo intentamos. El optimismo realista es comunitario; nace de sabernos acompañados. Cuando una se cansa, otra la levanta. Cuando alguien pierde la fe, alguien más se la presta un rato. En esa red silenciosa de vínculos está la verdadera esperanza.

A veces la práctica más profunda de optimismo no es sonreír, sino permanecer. Seguir apareciendo. Preparar la comida, acompañar a un amigo, cuidar una planta, escribir algo que otro pueda leer cuando lo necesite. Pequeños gestos que, uno a uno, van tejiendo sentido.

Hoy elijo creer que, incluso en medio del caos, hay una corriente de bondad que sigue moviéndose bajo la superficie. Que mientras existan personas dispuestas a mirar con ternura, a escuchar con empatía, a sostener con amor, el mundo no estará perdido.

Y si tuviera que dejarte con una sola idea sería ésta: el optimismo realista no es negar la oscuridad, es aprender a encender una luz, aunque sea pequeña, y pasarla de mano en mano para que nadie se quede a oscuras.

Si hoy el mundo te pesa, busca a alguien que también lo esté intentando. Hablen, rían, lloren, respiren juntas. A veces la esperanza no se siente, se comparte.

En pocas palabras, Andrea opina que:

“El optimismo realista es comunitario; nace de sabernos acompañados. Cuando una se cansa, otra la levanta. Cuando alguien pierde la fe, otra se la presta un rato. En esa red silenciosa de vínculos está la verdadera esperanza.”



Juan Méndez
Mario Córdova
Casado, papá de 2 hijos.

Empresario, abogado y filántropo; escritor y conferencista acerca de temas de liderazgo y actitud positiva.
Juan Méndez
Norma Campos

Casada, 4 hijos, 8 nietos.

Terapeuta, diseñadora e instructora de cursos. Conferencista y asesora personal en temas de vida.

Juan Méndez
Kush Espinoza

Lic. en Diseño Industrial.

Esposo y papá de 2 niñas.

Creativo y empresario con más de 20 años de experiencia creando marcas.

Juan Méndez
Andrea Valenzuela

Mamá de Andrés.

Apasionada por la Educación para transformar personas y propulsora de la equidad de género.

27 octubre, 2025
×
Boletín Tus Buenas Noticias