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A base de goles, Rosal motiva a los jóvenes de la Huizaches

Ayudarlos a tomar buenas decisiones y alejarlos de los vicios, es su principal aliciente

1 septiembre, 2022
A base de goles, Rosal motiva a los jóvenes de la Huizaches

Para Rosal Alondra Silva Flores, estar rodeada de niños y jóvenes en medio de una cancha de piso forma parte de su día a día.

Ataviada con su ropa deportiva, todas las tardes llega a la cancha de los Huizaches para reunirse con los niños del sector a quienes ya considera parte de su familia.

“Pertenezco a un colectivo llamado Más Vida. Tengo tres años haciendo actividades deportivas, pero todo con el objetivo de ayudar a los jóvenes de cualquier edad. Aquí no se juzga, ni nada. Todos son libres de ser ellos mismos”, dice Rosal.

La joven de 26 años, asegura que su intención de participar en este tipo de actividades es ayudarlos a que tomen decisiones que los lleven a un buen destino de vida.

“Lo que yo busco es ayudarlos a que tomen un buen camino, más que todo. Aquí en los Huizaches esta mucho el mal ejemplo. En cada esquina hay muchachos con sus vicios, incluso hay quienes andan mal y para los jóvenes y los más pequeños ellos son un ejemplo. Andan de sus camionetonas, con música, y llaman la atención de los niños, y ellos los ven y quieren ser como ellos”, dice con preocupación.

Esa preocupación es genuina. Asegura que a pesar del mal ejemplo que se encuentra presente, ella se esfuerza por ayudar a esos niños vulnerables para que busquen un mejor futuro.

“Yo tengo mucha empatía por ellos. Demasiado. A veces no me gusta, porque me afecta como persona. Pienso en ellos y quisiera darles todo”, dice con un timbre de voz colmado de preocupación.

Rosal, se siente parte de la comunidad. “Es mi clica”, asegura.

Dice que por eso ellos la respetan. Porque de la misma forma creció entre esas calles, entre esa misma gente.

“Yo soy de los Huizaches, aquí nací, la clica me conoce. Ellos me tienen mucha confianza porque me consideran parte de ellos”, dice con satisfacción.

Para ella, es un orgullo formar parte de la gente del sector. Asegura que se identifica con ellos. Es igual en algunas cosas, diferente en otras.

“Me identifico con ellos. Aunque no puedo decir que es porque tuve una vida muy difícil. Gracias a Dios, siempre tuve lo que necesitaba. Mi madre siempre estuvo presente y causa de eso, es que soy una amante del deporte”, dice entre risas.

Rosal recuerda que era a penas una niña de 8 años cuando pisó una cancha. Su madre, con la intención de motivar a sus dos hijos a inclinar su vida al deporte, los llevó a un entrenamiento de futbol al Parque 87. Ahí, nacía una estrella.

Aunque su hermano perdió el interés por el balompié, Rosal sintió un fuerte deseo de ser cada día mejor.

Entrenaba y participaba en distintos torneos. El futbol se convirtió en parte de su vida. Tan es así, que fue el futbol lo que le dio la inclinación por estudiar una carrera universitaria.

“Yo estudié la licenciatura en Educación Física gracias al futbol. Yo decía, quiero estar la selección de rápidos de la UAS. Esa era mi meta. Para poder estar en la selección es que decidí estudiar en la Universidad”, dice con satisfacción tras graduarse en licenciatura.

Así como el futbol ha mejorado la vida de Rosal, es que tiene la intención de motivar a los jóvenes de su colonia desarrollar la habilidad por este deporte.

“Yo tengo un lema, Un deportista más, es un delincuente menos. Por eso es que tengo el deseo de entrenarlos. Aquí hay mucho talento, y uno de mis sueños es que uno de ellos salga de aquí y llegue a ser un profesional”, dice con esa voz que provoca el instinto maternal.

Ella nunca se ha preguntado ¿por qué ayuda?, solo lo hace. Asegura que a ella no le cuesta nada ayudar, solo tiempo. Y ese tiempo lo disfruta mucho.

Tan es así, que fue en una de esas canchas donde encontró el amor. Entre pases, jugadas, y goles, conoció a Gonzalo García, quien se convertiría en su esposo y con quien comparte esa pasión por el deporte y por ayudar.

“A mi esposo también le gusta ayudar. Es que lo bueno, se contagia”, dice entre risas.

Rosal, es una más de ellos. Juega, platica y realiza actividades como si fuera una niña, pero con el amor de una madre. Se preocupa por el bienestar de esos niños que ahora forman parte de su familia.

Porque en la Huizaches hay una futbolista competitiva. Pero, sobre todo hay una mujer con un gran corazón, con el deseo de ayudar y motivar a los niños y jóvenes a vencer sus dificultades.

Entre patadas y buenas jugadas, Rosal busca meter goles en la actitud de los niños para cambiar vidas. Está convencida, que un joven que persigue un balón puede perseguir mejores metas.

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