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Una silla de ruedas no lo detiene. Con dulces y banderitas Juan Pedro recompone su vida

Juan Pedro diariamente sale de su casa para traer algo de sustento para él y su familia

25 julio, 2022
Una silla de ruedas no lo detiene. Con dulces y banderitas Juan Pedro recompone su vida

Culiacán, Sinaloa.- Durante más de 30 años Juan Pedro Benítez López dedicó su vida a trabajar detrás de un volante. Diariamente dedicaba su tiempo a conducir un camión del servicio del transporte público.

“Empezaba a trabajar desde las 4:00 de la mañana y me iba todo el día. Me iba muy bien. Ganaba un buen dinero. Suficiente para el sustento de mi familia. Todo era bueno en esos tiempos”, asegura con cierto tono de tristeza.

Y es que recordar los días de bonanza lo obligan a ir más allá. A revivir un trágico momento de su vida. Cuando en una de tantas ocasiones subió a uno de los ejes de su camión para revisar el funcionamiento del motor y por un descuido resbaló y cayó sobre el pavimento.

“… Una de esas veces me subí a revisar el motor del camión y me resbalé. Caí sentado y de ahí se desencadenó mi problema de columna. Se me juntó con la ciática y me postró en esta silla de ruedas”, dice con seriedad.

Es que, para Juan Pedro, no ha sido fácil buscar el sustento después de ese accidente. Asegura que después de ser un hombre productivo, está como él lo dice, a este tiempo necesita buscar otra forma de ganarse el sustento. Quedarse acostado en casa no le resuelve nada.

“Desde ese día mi vida cambió por completo. Como no tenía seguro social, el problema se me vino encima. Me quedé sin trabajo, no tengo una pensión y aún así necesito darle de comer a mi familia”, reconoce.

A sus 65 años, decidió “tomar al toro por los cuernos” y enfrentar su realidad. Al no poder caminar, ponerse en pie y menos conducir sintió que la vida se le venía encima, pero como señala. No se dejó caer.

“A como pudo”, juntó algunos pesos y compró dulces para poder venderlos y sacar un poco de dinero para comprar alimento y medicinas.

Ahora, con más deseo de salir adelante que con la energía necesaria, se despierta cada mañana y toma sus dulces para salir a la esquina del boulevard Las Torres y Empaques en Barrancos con la esperanza de vender todos sus productos.

“Aquí hay días que me va bien. Vendo los dulces para tener qué comer y también para comprar medicinas. Aquí sigo. Luchando por salir adelante”, señala con una sonrisa al mostrar la variedad de dulcecillos.

Así, sentado en su silla de ruedas, Juan Pedro ve correr las horas del día. La gente con su paso apresurado, con más deseo de extenderle una mano, que comprar algún dulce, le pide alguno de sus productos.

Juan Pedro se va contento porque hoy ya sacó para comer. Vendió todas las “banderitas” que le quedaban y ahora ondea en su corazón el deseo de ser productivo. Sus impedimentos físicos no le merman el entusiasmo.

Si está en tus manos ayúdale para que sus banderitas no sean de dulces de coco, sino de dulce ayuda.

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