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El origen de los desiertos

En colaboración con Fabiola Sánchez.

30 abril, 2022
El origen de los desiertos

Los ecosistemas se han encargado de, a lo largo de la historia, brindarnos una oportunidad de conocer la biodiversidad en sus puntos más extremos. Para esto, el desierto es uno de los más intensos: poca vegetación, altas temperaturas y animales raros. 

A pesar de los extremos de este clima, vemos que día a día ocurren más fenómenos que cambian la manera en que el ecosistema coexiste con nosotros. La aridez que caracteriza a los desiertos está dada por la disminución de precipitaciones y el aumento de la evaporación; cada una de estas presentadas en un lado y otro del ecuador, ya que es la región donde más se concentran los desiertos cálidos.  

El cinturón anticiclones tropicales que existe en estas regiones hacen que estén sometidas a altas presiones, lo cual termina por disminuir la humedad de la atmósfera y el suelo; lo que hace que no se desarrolle la vegetación en el ecosistema. Entre los demás factores que influyen a que existan los desiertos, tenemos la continentalidad, cadenas montañosas y las corrientes marítimas frías que azotan el litoral.

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Actualmente, el 30% de la superficie terrestre son desiertos. Si bien se mencionó que solemos asociar las temperaturas extremas con estos, no los definen. Estas están dadas debido a la falta de humedad de la atmósfera, junto con una humedad mínima y escasa cobertura de nubes, lo que provoca que la tierra absorba más energía del sol durante el día y emita calor por la noche (algo que podrás recordar en los últimos años en zonas no caracterizadas como desérticas).

Aunque es mínima, la precipitación se da en los desiertos. En los más grandes, como el Sahara, Arabia y Gobi, la costa se encuentra lejos, por lo que el aire húmedo que asciende cerca del Ecuador se enfría y condensa en nubes, lo que provoca escasas lluvias. Mientras esta corriente de aire se va desplazando hacia el polo, el aire libera la mayoría de su humedad, donde a su regreso al ecuador, el aire está descendiendo. Esto hace que se comprima y calienta, provocando que la humedad relativa caiga más y hace que sea sumamente raro la existencia de nubes y lluvias. 

Si bien Sinaloa no es una región naturalmente desértica, el cambio climático ha llevado a tener temperaturas extremas, donde la humedad ha influido de manera increíble en la sensación de calor. Las zonas desérticas suelen tener las temperaturas que el estado tiene en sus puntos más altos. Además, podemos relacionar el tema de precipitaciones antes mencionado con las temporadas de sequías en el estado, las cuales hemos tenido de manera desproporcionada en los últimos años.

El cambio climático nos estará llevando a lugares climáticamente más difíciles año con año. Está en nosotros cuidar el ambiente y nuestros recursos naturales lo máximo posible, para adaptarnos de manera amable al futuro.


Información por Muy Interesante e imágenes por Pixabay. 

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