Tus Buenas Noticias
Síguenos

¿Y nosotros qué con la emergencia climática? Altata, Mazatlán, economía y sobrevivencia humana

La emergencia climática es emergencia económica. Afecta a los sectores primarios, secundarios y terciarios. La mitad del PIB mundial depende de la naturaleza: Foro Económico Mundial

6 marzo, 2023
¿Y nosotros qué con la emergencia climática Altata, Mazatlán, economía y sobrevivencia humana. Foto: Jezael Melgoza
¿Y nosotros qué con la emergencia climática Altata, Mazatlán, economía y sobrevivencia humana. Foto: Jezael Melgoza

Nosotros que habitamos dentro de estos 58 mil 200 kilómetros cuadrados sinaloenses, ¿qué tenemos que ver con la emergencia climática? ¿Por qué tenemos que hacer algo al respecto? Y sobre todo, ¿por qué tenemos que cambiar nuestra manera de producir bienes y servicios?
 
¿Nosotros, por qué?
 
El cambio climático, como otros 8 límites planetarios, es consecuencia de nuestra economía, por lo tanto, impacta en la subsistencia humana en este planeta donde están esos 58 mil 200 kilómetros cuadrados sinaloenses.
 
Para comprenderlo, veamos dos ejemplos cercanos. Una de las consecuencias del calentamiento global es el aumento de los niveles de los océanos y sus mares. De acuerdo con herramientas digitales de la Nasa disponibles al público, puede obtenerse una proyección media del crecimiento del mar tanto en la Bahía de Altata como de Mazatlán.
 
Ambas proyecciones son ascendentes. En el caso navolatense, por ejemplo, los resultados de los cálculos que se alimentan con datos arrojados por satélite indican que dentro de 7 años el agua de la bahía crecerá 1.1 centímetros y para 2040 otros 1.7 centímetros más.
 
En Mazatlán las proyecciones son similares para 2030 y 2040, por supuesto. Para 2050 serán 2.3 y 2.4 centímetros más en Altata y Mazatlán, respectivamente.

“Los niveles del mar continúan aumentando a un ritmo alarmante, poniendo en peligro a las comunidades de todo el mundo. La ciencia es indiscutible y se requiere una acción urgente para mitigar una crisis climática que ya está en marcha”, ha advertido la Nasa, al igual que muchas instituciones del orbe.
 
Entre las consecuencias de la crecida del mar, por ejemplo, está el desplazamiento futuro de población costera probablemente hacia zonas urbanas donde demandarán servicios, empleo, salud y educación, por ejemplo. Si a la fecha no hemos podido darles atención digna a los desplazados por la violencia, ¿qué sucederá con la migración interna que viene?
 
Porque la vulnerabilidad no solo depende de las condiciones climáticas adversas, sino también de la capacidad de la sociedad de anticiparse, enfrentar, resistir y recuperarse de un determinado impacto, de acuerdo con la Ley General de Cambio Climático.

Otras de las consecuencias del aumento del nivel del mar de sólo unos centímetros es que podría exacerbar los efectos de eventos climáticos extremos como las tormentas y ciclones, lo que puede provocar inundaciones más graves, pues estos pasarían lentos y dejarían más agua de lluvia. Entre otras muchas consecuencias más.
 
Estos son solamente algunos ejemplos de las consecuencias de la emergencia climática en el territorio en el que vivimos.
  
La emergencia climática es consecuencia económica
 
En la opinión pública solemos mezclar los conceptos empresa y economía, cuando la primera es uno de los elementos de la segunda.
 
Economía es simple y llanamente lo que los humanos hacemos para subsistir. Y para ello, tomamos los recursos naturales, los transformamos, los vendemos, los compramos, los consumimos y los desechamos.
 
Hemos realizado este proceso una y otra vez cada día de los 200 mil años que tenemos como especie en esta Tierra. Sólo que, por muchos siglos, cuando aún no existían Altata o Mazatlán o Culiacán o Los Mochis nos ocupábamos en comer y refugiarnos para sobrevivir.
 
La humanidad pudo prosperar durante los siglos venideros a su surgimiento por la rica biodiversidad del Planeta, pero sobre todo por el clima estable entre los -4 y 2 grados. Las tendencias hoy indican que calentaremos la Tierra hasta los 3 o 4 grados en tres generaciones.
 
El proceso de desestabilización planetaria tiene fecha de inicio: la Revolución Industrial de 1750. Con el uso del vapor y la mecanización de la producción, y todos los procesos que le siguieron, transformamos nuestra economía y la potenciamos hasta los niveles actuales.
 
Sin embargo, al mismo tiempo, iniciamos una nueva época en la edad del planeta que se llama Antropoceno.
 
Se trata de la primera época provocada por la actividad humana. El orden de la naturaleza y del planeta cambió no por autorregulación sino por lo que los humanos hacemos y hemos hecho para producir alimentos, bienes y servicios. Una economía que desestabilizó el clima de la Tierra.  
 
“Aunque los 7,600 millones de personas que habitan el planeta (hoy 8,000 millones) no representan más que el 0.01 % de los seres vivos, la humanidad ya ha provocado la pérdida del 83% de los mamíferos salvajes y de la mitad de las plantas. El ritmo de extinción actual es entre decenas y cientos de veces superior a la media de los últimos diez millones de años... y se está acelerando”, reportaron Dominic Waughray y Celine Herweijer en Incremento de los riesgos naturales: Por qué la crisis que está engullendo la naturaleza es importante para la empresa y la economía, un documento del Foro Económico Mundial publicado en 2020.
 
“Los actuales patrones de producción y consumo, los usos del suelo y la urbanización, las dinámicas demográficas, el comercio, la industria y los modelos de gobernanza favorecen estas pérdidas, de modo que se hace necesario un replanteamiento radical de la relación de la humanidad con la naturaleza".
Las consecuencias de nuestra economía comenzaron a percibirse, de acuerdo con la gráfica, a mitad del Siglo XX, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, hasta que a finales este siglo el clima se desestabilizó drásticamente.
 
Por ejemplo, mediciones de la Nasa arrojan que, de los años recientes, 2022 es el quinto año más cálido registrado desde 1880, mientras que 2021 y 2018 empatan en el sexto lugar.
 
“La razón de la tendencia al calentamiento es que las actividades humanas continúan emitiendo enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera; y los impactos planetarios a largo plazo también continuarán”, recién advirtió el 12 de enero Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales, el principal centro de modelado climático de la Nasa.
 
La emergencia climática es emergencia económica
 
La emergencia climática es resultado de nuestras actividades económicas y ahora nuestra economía está amenazada por nuestra dependencia de los recursos naturales. 
Dominic Waughray y Celine Herweijer llegaron a calcular que la mitad del Producto Interno Bruto mundial depende de forma moderada o alta de la naturaleza.
 
“Las sociedades humanas y las actividades económicas dependen de la biodiversidad de manera fundamental. Nuestra investigación muestra que 44 billones de dólares de generación de valor económico, más de la mitad del PIB total del mundo, depende moderada o altamente de la naturaleza y sus servicios y, por lo tanto, está expuesto a la pérdida de la naturaleza”, reportaron en 2020.
 
“Juntos, los tres sectores más grandes que dependen en gran medida de la naturaleza generan cerca de 8 billones de dólares de valor agregado bruto (VAB): construcción (4 billones); agricultura (2.5 billones); y alimentos y bebidas (1.4 billones). Esto es aproximadamente el doble del tamaño de la economía alemana”, han ampliado Waughray, Director Ejecutivo del Comité Ejecutivo del Foro Económico Mundial, y Herweijer, Líder Global de Innovación y Sostenibilidad de Price Waterhouse Cooper.
 
“Si bien el riesgo para las industrias primarias es fácil de comprender, las consecuencias para las industrias secundarias y terciarias también pueden ser significativas. Por ejemplo, seis industrias: productos químicos y materiales; aviación, viajes y turismo; bienes raíces; minería y metales; cadena de suministro y transporte; comercio minorista, bienes de consumo y estilo de vida: con menos del 15 % de su VAB directo altamente dependiente de la naturaleza, todavía tienen ‘dependencias ocultas’ a través de sus cadenas de suministro. Más del 50% del VAB de sus cadenas de suministro es alta o moderadamente dependiente de la naturaleza”.
 
 

Desconozco si en Sinaloa tenemos diagnósticos y mediciones sobre nuestra situación ante la emergencia climática. Si los hay en gobierno, universidades o alguna instancia privada tendrían que darse a conocerEs información que nos compete a todas y todos.
 
Y si no la hay, tendrá que generarse.
 
No se trata de ser apocalípticos, sino de ser racionales y proactivos en la prevención. De pensar a largo plazo con datos, información y ciencia.
 
Porque como le atribuyen a Séneca: “Cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto”.
 
O, dicho de otro modo: por cuidar unos centavos perderemos los pesos.
 
 

Temas de esta nota
Enlaces patrocinados