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Reza

Rezar es una conversación con Dios

14 febrero, 2023
Rezar es una conversación con Dios.  Foto: Aaron Burden e
Rezar es una conversación con Dios.  Foto: Aaron Burden e

REZA
Rezar es una conversación con Dios. 

En un momento de calma, a primera hora de la mañana o cuando se te acomode mejor.
Rezar es un regreso a la casa de tus padres, abuelos y al tiempo de tu infancia.
Es un Padre Nuestro platicando con Dios para que te ayude en los exámenes. 
Es el refugio del frío y el silencio acogedor. 
Rezar es tener memoria.
 
Rezar es lo que va antes del trabajo o después del trabajo.

Es lo único que puedes hacer cuando ya no puedes hacer más.
Es la forma de comprometerse de quien no tiene otro medio de hacerlo.
Como cuando rezamos por un enfermo que se va a operar y ya está en manos del cirujano y de Dios.

Rezar hace milagros, ofrece consuelo al que reza y a aquel por quien se reza. 
Rezar nunca es inútil, porque siempre conforta.

Rezar es decir rezaré por ti y, también, reza por mí. 
Y es, por tanto, lo contrario al egoísmo.

Rezar es la aceptación de tus limitaciones. 
Es aprender a resignarse cuando lo que pudo ser no ha sido. 
Es vivir sin rencor, aprender a olvidar, aceptar la derrota con dignidad y celebrar el triunfo con humildad.

Rezar es buscar las fuerzas si no se tienen y confiar en que las cosas van a ser de la mejor forma, como Dios quiera.

Rezar es optimismo, no dar nada por perdido, luchar y resistir. 

Rezar es relajarse y calmar los nervios.
Prepararse mentalmente para lo que ha de venir. 
No es solo buscar el coraje, sino también la inspiración, la idea, el enfoque, la luz, el claro en medio de la espesura.

Rezar es razonar, aunque parezca lo más irracional que haya. 
Es la mente funcionando como debe ser
Es planificar y anticipar las jugadas. 
Es abstracción en los tiempos de lo concreto y lo material. 
Es pausa en un mundo acelerado o en caos
Es calma cuando todo es ansiedad.

Rezar es una forma extrema de independencia.  

Rezar es un placer oculto, que se reserva para la intimidad. 
Un acto privado, y casi a escondidas.
También puede ser acompañado con gente de confianza.

Rezar es una declaración de amor por la persona que tienes en tus rezos. 
Es derramar tu cariño sobre los que más quieres y sentir el cariño de los que rezan por ti.

Rezar es tener a otros en tus oraciones y estar en las oraciones de otros, que es mucho más que estar solo en su memoria.

Rezar, y sobre todo que recen por ti, es la mayor aspiración que uno puede tener en la vida. 
Un privilegio inmenso. 
Es querer tanto a alguien como para rezar por él, y que alguien te quiera tanto como para rezar por ti.

¿Cabe mayor orgullo? 
¿Existe mayor plenitud que la de saber que hay una madre, un hermano, un hijo o un amigo que quiere que Dios te proteja, y te dé salud, y te ilumine, y te ayude, y te acompañe, y esté siempre contigo?

Rezar es tener fe. 
Tener fe en la vida, en las personas, en tus amigos, en tus hijos, en tus padres, en Dios.

Rezar es un superpoder que nos predispone al bien.

Rezar es creer y ser practicante de un mundo mejor.
 
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