Rubén “El Inge”, apasionado y forjador de nuevas generaciones del deporte ráfaga en Culiacán
Rubén Gerardo Ramírez Sánchez, gran parte de su vida la ha dedicado al basquetbol, jugador desde muy joven y ahora se dedica a formar futuras estrellas del baloncesto
Culiacán, Sinaloa.- El deporte ráfaga es parte de su vida y la pasión por las canastas se percibe desde que inicia a hablar. Rubén Ramírez Sánchez, mejor conocido como “El Inge”, desde muy joven inició su amor y dedicación por esta disciplina, que le ha ayudado a conocer varias ciudades de la República Mexicana, conquistar innumerables de campeonatos y en especial lograr crear vínculos de amistad. Actualmente, trabaja día a día porque quiere dejar un gran legado en el baloncesto.
“El basquetbol es mi pasión, este deporte me ha dado muchas satisfacciones, como recorrer varios estados de México y conocer grandes amigos. Al jugar siempre trato de dar lo mejor en cada partido”, expresa con mucho orgullo Rubén.
Es originario de Guamúchil, Salvador Alvarado, pero “culichi” de adopción. Entrado en plática recuerda con entusiasmo que en su etapa de la adolescencia inicio jugando futbol, pero a los 14 años, deja el balompié y se dio tiempo para practicar ciclismo por un tiempo de unos dos años.
En 1977, cuando estudiaba preparatoria decide jugar basquetbol. “Estuve dos años jugando con la UAS. Después me vine a Culiacán a estudiar la carrera de ingeniería topográfica y geodésica en la UAS. Inicié jugando en torneos inter facultades y en otros tantos eventos”, revela Ramírez Sánchez.
Al iniciar a laborar en una dependencia de gobierno en Culiacán, integró un buen equipo por muchos años, donde les tocó participar en torneos en diferentes categorías, como primera y segunda fuerza, libre, logrando alcanzar un sinfín de victorias.
Gracias a su amplia trayectoria en el mundo del basquetbol, “el inge”, ha recibido una infinidad reconocimientos, como el de llevar su nombre la edición 39 del Torneo de Basquetbol de los Barrios de EL DEBATE en el 2015. Distinción que lo motivó a seguir dejando huella en el deporte ráfaga.
En el 2019, con el mismo ímpetu que inició al jugar baloncesto, decide contribuir en la formación de nuevas generaciones en el mundo del basquetbol, porque asegura que el deporte forja el carácter de las personas y ayuda a mantener una buena salud física.
Además, Rubén señala que la finalidad de formar las clínicas es contribuir en la formación de niños y jóvenes, para crear nuevos semilleros. “Al practicar basquetbol, además de divertirte, uno aprende a compartir, tener bonitas experiencias y respeto a la disciplina. Mi principal objetivo es formar personas de bien, que se enfoquen más al deporte y no a cosas dañinas”, precisa el vecino de la colonia República Mexicana.
También el destacado deportista asegura que esta disciplina le ha ayudado a formar una hermosa familia con su esposa Alma Pacheco, con quien procreó dos hijos (Rubén y Rubí). “Mi esposa y mis hijos son mi mayor orgullo. Ellos siempre han estado a mi lado apoyándome, porque saben que es mi pasión”, comenta con un semblante de satisfacción.
Su hijo Rubén Jr. sigue sus pasos, además de destacar en el basquetbol, combina su trabajo en apoyar a su papá en trasmitir todos sus conocimientos a menores, porque asegura al igual que su progenitor que el deporte es uno de los instrumentos más eficientes para socializar, educar y transmitir valores.
Ramírez Sánchez exhorta a los padres y madres a que inviertan tanto tiempo y esfuerzo en el ejercicio físico de sus hijos e hijas. Los motiven a practicar algún deporte porque es crucial para su desarrollo corporal, social, de la salud y ayuda a alejarlo de malos hábitos.
A sus 62 años Rubén, asegura que seguirá dando “guerra” en las canchas, porque el basquetbol es su vida. “El basquetbol me ha dado muchos frutos, satisfacciones y amigos. Dios me ha bendecido al estar sano tras la llegada de la pandemia. Mientras Dios me permita, seguiré jugando basquetbol e impartiendo clases a niños y jóvenes”.
El basquetbol es más que un juego, ¡es un estilo de vida! Estas son algunas de las razones por la que “el Inge”, sigue practicándolo y trasmite sus conocimientos a niños y jóvenes con el afán de que sean mejores seres humanos. Le ha llevado décadas estar entrenando y formando deportistas, le llena de orgullo ser forjador de nuevas generaciones. Es en Culiacán una cepa de campeones.
Rubén imparte las clínicas en el parque Culiacán (87), a niños y niñas de primaria y secundaria y jóvenes de preparatoria. Horarios de lunes a viernes de 6:00 a 8:00 P.M. Para mayores informes puedes comunicarte al teléfono 6671 260 400.
