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Daniel y Héctor, unen sus talentos en Barber Tattoo Alpha

Hace nueve años inició la aventura de un nuevo concepto de belleza masculina en Barrancos.

11 octubre, 2022
Daniel y Héctor, unen sus talentos en Barber Tattoo Alpha

A los trece años Daniel Valverde Barraza tuvo su primer acercamiento con las herramientas básicas para cortar el cabello.

Vivía en California junto con su madre y su hermano, cuando la economía obligó a su madre a decidir entre pagar un corte de cabello o comprarles una máquina para hacer ella misma el trabajo.

La opción más viable fue convertirse en la nueva peluquera de sus hijos. Sin embargo, Daniel fue quién tomó la estafeta y él mismo empezó a hacerse los cortes. Armado de valor y con la máquina en mano, su hermano y uno de sus primos fueron sus primeras “víctimas”.

“Empecé a cortar cabello a los 13. Mi jefa económicamente no estaba muy estable y nos dijo que, o nos cortaba el pelo cada dos meses o nos compraba maquinita y nosotros nos la arreglábamos. Y así fue como empezó. Primero ella me trasquiló y me enojé y luego empecé yo a cortarme el cabello solo”, dice con un vívido recuerdo, como si no hubieran pasado 17 años de aquella experiencia.

Así, fue como le agarró gusto a las tijeras. Tan es así, que cada que tenía oportunidad cortaba el cabello como un hobbie; incluso acudía a una peluquería a hacer el trabajo.

“Se fue dando la cosa. Me gustaba mucho hacerlo. Siempre lo hacía por hobbie. Luego no encontraba quien me cortara el cabello bien, como a mí me gustaba”, dice entre risas, al darse cuenta que desde ese tiempo se convirtió en exigente con todo lo relacionado con el cuidado del aspecto masculino.

Hasta que un día de tantos y por obra de la casualidad, acudió como cliente a una barbería en Barrancos, en donde uno de sus amigos era quien hacía el trabajo. Entonces todo tomó sentido para él.

“Me tope con un camarada que comenzó en Barrancos cortando el cabello. Fui como cliente e hicimos click. Me pidió ayuda y me dio jalé y ahí fue cuando comencé otra vez a cortar cabello. Ya tenía 21 años y empecé a hacerlo de manera formal”, reconoce.

Después, nuevamente la economía hizo de las suyas y tuvo que dejar su empleo como barbero en el negocio de su amigo. Pero la necesidad lo obligó a buscar un trabajo en un expendio, en donde el dueño del lugar, le daba oportunidad de cortar cabello a quienes llegaban a buscar el servicio.

“Al hijo del dueño, yo le cortaba el pelo, y me daba oportunidad en la bodega de cortar cabello y cobraba una bebida por corte. Así fue como me aclienté entre la gente de Barrancos”, dice riendo al recordar lo que la juventud lo orillaba a hacer.

En aquel entonces en Culiacán, no era tan popular el tema de las Barber Shop, sin embargo, para Daniel se convirtió en un sustento.

Con orgullo reconoce que, en Barrancos, junto con su amigo, son de los iniciadores de las Barberías. 

“En aquellos tiempos nomás estábamos mi compa y yo aquí en Barrancos. Somos los primeros barberos de aquí. Soy de los iniciadores, me gusta pensar eso”, dice con una voz que denota el orgullo y la satisfacción de hacer su trabajo.

Establecer su primera barbería, por Los Empaques, fue una decisión que sin saberlo llegaría a representar un cambio en su vida.

Un día de tantos, hasta su barbería llegó Héctor Estrada Azuara, quien se convertiría en un aliado y gran amigo.

“Un amigo en común me invitó a la barbería y ahí fue donde nos conocimos. Luego fuimos a su estudio y empezamos a rapear”, recuerda Héctor.

Posteriormente, ya como nuevos amigos, Daniel y Héctor se unieron para trabajar. Daniel con su talento de barbero y Héctor, o “El Clem”, como lo conocen sus amigos con su talento como tatuador.

Para “El Clem” su encuentro con el mundo del diseño y el color sobre el lienzo humano inició hace a penas, cinco años, cuando en una experiencia propia, decidió que tenía la habilidad para hacerlo.

“Un día fui a que me hicieran un tatuaje y me lo hizo un cholo, con una máquina hechiza, y fue cuando dije. Si este cholo tatúa, por qué yo no, si siempre he sido bueno para el dibujo, el diseño y además me gusta. Así que me aventé”.

“El Clem”, se armó de valor, y compró una máquina para tatuar y fue uno de sus amigos quien le pidió que le hiciera su primer tatuaje.

“En cuanto me llegó la máquina, un amigo me dijo, vente, vamos a estrenar. Y fui y cuando estaba haciendo el tatuaje se me desmayó. No sabía qué hacer. Pensé, Empecé mi carrera y terminé mi carrera como tatuador”, dice entre risas al reconocer que la falta de experiencia fue lo que le impidió reconocer que su amigo no tenía la postura correcta para ejecutar el trabajo.

Después, Héctor continúo con su preparación. Y al encontrarse con Daniel, decidieron trabajar juntos y unir sus talentos en Barber Tattoo Alpha.

Y es que los amigos, no solamente comparten su gusto por el cuidado de la belleza masculina.

También disfrutan de hacer música y rapear juntos. Por lo que en Alpha se rapea también.

Así como la barbería es el maquillaje del hombre, la música es un bálsamo para el alma.

Y este par de amigos y socios han llegado a convertirse en unos de los más experimentados y talentosos de Barrancos, aseguran sus clientes.

“Somos dos compas del barrio que se unen”, dice “El Clem”, mientras prepara los colores, agujas y el resto de material que necesita para dar inicio a un nuevo diseño en piel.

Tatuaje semejante a la marca que tanto Daniel como Héctor están dejando entre la gente de Barrancos con su Barber Tattoo Alpha. En donde los hombres del lugar llegan como clientes, pero salen transformados en imagen y diseño.

En el sector barrancos la barbería combina la amistad, la tijera y el color. Un oficio con marca de recuerdos.

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