Rosario, Sinaloa. Las tradiciones sirven para dar encanto a la eternidad. Tras dos años de la pandemia, el municipio de Rosario poco a poco vuelve a mostrar la magia de sus pueblos.

El pasado 24 de junio se vivió unas de las festividades más antañas en la comunidad de Matatán; el pueblo se colmó de amor y fe para celebrar a San Juan Bautista, maravillosa fiesta que este año cumplió 322 años de tradición.

Una serie de actividades llenó de alegría a visitantes y habitantes de la localidad que se ubica al sur de Sinaloa.

La alcaldesa, Claudia Liliana Valdez Aguilar, con gran entusiasmo apoyó y se unió a la tradicional peregrinación y baño del busto del Santo en las aguas del río Baluarte, acompañada de funcionarios municipales, el síndico de Matatán, Jesús Lora López, al igual que de decenas de pobladores y turistas de todas las edades recorrieron al son de tambora las principales calles de la comunidad indígena que se localiza enclavada en las faldas de la sierra de Rosario.

Esta emblemática celebración resalta raíces culturales, donde los devotos le piden al Santo Patrono Espiritual bendecir al pueblo y que interceda para tener abundancia.

El director de Turismo de Rosario, Mario Alberto Tirado Rodríguez, señaló que las tradiciones de los pueblos, como lo son las festividades religiosas, tienes un valor representativo y simbólico, donde destacan las expresiones culturales y se reconoce a las comunidades por sus usos, costumbres y tradiciones, ejemplo de ello es Matatán, pueblo de artesanos que fabrican productos con tejido de palma.