Y tú, ¿cómo convives con tu primo?

La Navidad es símbolo de paz, perdón y reconciliación.

Hagamos una tregua y dejémonos llevar por los buenos sentimientos para que el amor inunde la habitación. ¿Es fácil dejar atrás el sufrimiento? Quizás cueste trabajo, pero así como Ángel tú también puedes mejorar la convivencia con tu primo, tu familia y amigos.

Muchos de nosotros podemos considerar normal que haya problemas, a partir de diferencias de criterio o malas interpretaciones; sin embargo, también debería de ser normal hablar estos temas para que, unidos, se solucionen.

Pero, ¿qué pasa cuando tu mejor amigo, con el paso de los años, ya no se lleva bien contigo? Ángel Armando nos comparte su historia y con ella buscamos motivarte para que en este tiempo regales reconciliación.

“Yo nací en 2008, el 4 de junio; mi vida era muy normal como cualquier bebé del mundo hasta que unos días nació mi primo. Desde esos días estuve siempre jugando con mi primo, era lo mejor; nos divertíamos juntos jugando todo el día… hasta que mi familia tuvimos que ir a vivir a otro municipio”.

“Pasaron los años y yo seguía visitando a mi primo pero ya no era el mismo de antes {suspiro}. Verás, la vida no es fácil porque mi primo ya no es el mismo no me hace caso, jugamos lo que él quiere, y como tiene una papelería no me quiere vender nada, y lo peor me mete mucho en problemas y siempre dice frases como: ‘qué bueno, wow hago fiesta o que, si pues, no me digas’, y el más molesto mira como te ves.”

“A veces siento que era mejor antes como era la vida, porque hoy la vida apesta si va a mi casa yo si le presto algo, pero él no. Siempre me dice: no toques que no es tuya o déjalo.”

“Bueno hasta ahorita sigue igual pero no se si algún día cambiará y conviviremos más. Hasta el día de hoy tenemos trece años los dos y es más difícil convivir juntos.

Y tú, ¿cómo convives con tu primo?”

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Con 13 años, Ángel ya ha probado un trago amargo de la vida pero la esperanza no la ha perdido, ya que él desea que la convivencia sea armoniosa.

En esta etapa, los niños se convierten en jóvenes y empiezan a definir su camino. Sin embargo, los recuerdos de la infancia pueden ayudar a estrechar lazos de amor a pesar de las diferencias de pensamiento.

Regalar conciliación en esta Navidad, y todos los días del año, puede dejar huellas positivas en el alma al permitir la posibilidad de dar abrazos profundos y una sensación de paz eterna.

Regalar conciliación implica que dos personas se concentran en perdonar y reconstruir una relación en lugar de limitarse al conflicto; puesto que, a partir del dilema, las relaciones maduran y crecen cuando se aprenden las lecciones para dar cabida al perdón.

Ángel tiene 13 años y no pierde la fe de volver a reír con su primo. No dejes pasar el tiempo. Recuerda que el amor puede más que el rencor, y tú, ¿cómo convives con tu primo?

Si tu también tienes una historia por contar, súbela aquí.