La visión compartida

La trilogía “Misión, Visión y Valores” en la empresa se ha tomado, en ocasiones, como un requisito de literatura corporativa, cuyo texto se enmarca y se fija en las instalaciones de la compañía, sin que los dueños ni sus colaboradores hayan participado, con ayuda metodológica profesional, en determinar o diseñar esos tres conceptos y sus implicaciones.

En la empresa familiar, su misión debe ser un objetivo que enorgullezca a la familia y les provoque un sentido de pertenencia al grupo; los valores deberían ser reales y congruentes en los dos ámbitos, en la familia y en la empresa; y la visión debe ser la idea aspiracional y realista de a donde y como queremos llegar como Empresa Familiar.

La visión no es solamente una meta de dólares, hectáreas, toneladas, sucursales; incluye -la visión- el como “querer ser”, la filosofía existencial y aspiracional de la empresa y de la familia.

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En una familia, es sumamente probable que no todos tengan dirigido su proyecto y estilo de vida en el mismo rumbo y estilo; pero en ocasiones, por “temor reverencial”, el hijo, el hermano o el nieto, callan y se someten a lo que el fundador, o la generación propietaria en turno, le imponen unilateralmente al resto del grupo.

Esa circunstancia merma el entusiasmo de los familiares que se sienten incómodos en un proyecto de empresa que les llegó por imposición.

La solución:

• Que esa Visión sea diseñada por el grupo familiar, en lo posible asistida por profesionales, y que se invite, se motive, a los miembros del grupo, a que con honestidad se confronten con la Visión de la empresa, para decidir su participación, adaptación o salida.

Contacto: Díaz Salazar y Asociados