Jóvenes con sed de educación han estudiado 7 cursos para regresar trabajando a Oaxaca

Los hermanos Canseco García a través de la Fundación Cárdenas aprovecharon el programa de apoyo a la educación de hijos de trabajadores.

San Gregorio Ozolotepec es un pueblo entre montañas en el estado de Oaxaca, no tiene cuadras estructuradas sólo unas calles en forma de fideos que unen al caserío olvidándose de las líneas rectas. De ahí han venido a Villa Juárez, los jóvenes Hilda y Virgilio, con sed de educación. Con la ayuda de Fundación Cárdenas han estudiado 7 cursos para volver contentos a emprender negocios en su pueblo.

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El que tiene sed, procura beber. Hilda Canseco García y Virgilio su hermano tienen sed de aprendizaje, en su pueblo no hay quien les enseñe. Su hermana mayor que ya había venido a trabajar por dos temporadas a Villa Juárez, Navolato los invitó a venir a Sinaloa a aprender. Paga toda su manutención durante la temporada y ellos le cuidan sus hijos mientras trabaja.

Hilda Tiene 16 años, y Virgilio 15. Hablan Zapoteco, que es la lengua de sus padres, pero aquí han aprendido mejor el español. Su hermana trabaja de jornalera en la Agrícola El Porvenir, donde Fundación Cárdenas tiene un programa de apoyo a la educación de hijos de trabajadores. Se basa en la Plataforma Capacítate para el Trabajo, de la Fundación Carlos Slim.

Ahí se inscribieron en los cursos de capacitación técnica a distancia para jóvenes de secundaria y preparatoria. En la sala de usos múltiples hay computadoras que les abren las puertas a otra realidad. El Dr. Armando es capacitador de temas de salud, pero su vocación de servicio la demuestra como tutor de los muchachos. El primer curso que reciben es conocer la computadora y aprender a usarla.

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Hilda Canseco García, recibió constancia de estudios en los cursos de: Computación básica, Asesor de belleza, Estilista, Cuidador de niños, Panadería y Comida rápida. Cuando termine la temporada hortícola irá desesperada por llegar a su pueblo y poner un salón de belleza, también piensa que le pudiera ir bien con una panadería, porque en el pueblo nadie hace pan.

“Me siento feliz de haber venido aquí y saber las cosas, voy contentísima allá, porque si yo no hubiera salido no supiera que existían. Me hace muy feliz saber que existen estos programas, porque si no, no supiéramos nada... Le doy gracias a todos ustedes que me apoyaron cuando yo no sabía hacer las cosas, no supe nada, a ustedes que me apoyaron a estar conmigo, cuando yo más lo he necesitado”, afirma con emoción.

Virgilio en cambio ha estudiado: Conductor de Transporte ejecutivo, Cuidador de niños, Cuidador de adultos mayores, Cajero de restaurante, Comida rápida, Agente de ventas digital, y Control de versiones. Piensa que si alguien le ofreciera trabajo ya puede trabajar como: Cuidador de niños, Cuidador de adultos mayores o ser Cajero de restaurante. También ha pensado estudiar la prepa para ir a la ciudad y estudiar la universidad.

“Mi papá falleció, pero mi mamá está viva, se va a poner feliz porque tenga un trabajo así. Hay que aprovechar la oportunidad”, dice sabiendo que ha ganado mucho. Ganó lo que otros jóvenes menosprecian. A San Gregorio Ozolotepec van dos nuevos emprendedores zapotecos.

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