El sueño de las mujeres

Todas las mujeres aunque calladas y de distintas trincheras tienen el mismo sueño. Ser respetadas y valoradas por igual.

¿Qué las mujeres tienen el mismo sueño? ¿La igualdad?. Dejar la lucha para empezar a vivir como personas dignas de respeto y de igualdad.

¿Qué se puede contar sobre el 8 de marzo que no se supieran ya?

Que el 8 de marzo de 1857, las mujeres que trabajaban en el textil, en Nueva York, fueron a la huelga para reivindicar salarios más justos y mejores condiciones laborales. Eso ya lo sabes…

Que 51 años más tarde, !51! el 8 de marzo de 1908, 15 mil mujeres volvieron a las calles de Nueva York para exigir de nuevo más salario, menos horas de trabajo y derecho al voto. Eso también lo sabes…

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Que el 8 de marzo, según el calendario gregoriano, el gobierno ruso concedió el voto a las mujeres.

Que el 8 de marzo de 1975, las Naciones Unidas celebraron por primera vez el Día Internacional de la Mujer.

¡Todo eso ya lo sabes!.

Fechas, fechas y más fechas y, sin quererlo ni deberlo, nos hemos instalado en el 2021 y seguimos reivindicando derechos, derechos y más derechos, pero pese a ello, todavía sueño así como soñó Martin Luther King.

Sueñan con que llegue un día en el que se erradique esa pobreza que se ensaña especialmente con las mujeres.

Sueñan con que un día todas las mujeres del mundo tengan acceso a una salud como se debe.

El mayor de los sueños es que un día se deje de ejercer la violencia contra las mujeres.

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Sueñan con que llegue un día en que se erradiquen todas las guerras que ponen a las mujeres como diana.

Con que un día las niñas dejen de ser víctimas del matrimonio forzado, abusos, mutilación o feminicidio.

Con que llegue un día en que todas dejen de ser explotadas, tengan trabajos más seguros e igualdad salarial con los hombres.

El sueño es que un día las mujeres sean igualmente representadas en el poder.

Que un día no se hable de mujeres u hombres, que sólo se hable de personas.

Todas las mujeres tienen un sueño. Sueñan con un 8 de marzo en que tengan grandes cosas que contar y nada quede ya por reivindicar, más allá de recordar a sus madres y abuelas.