Tus Buenas Noticias
Síguenos

“Beto caimán”: Mención honorífica del Premio al Mérito Ecológico Sinaloa 2020

El Beto caimán tiene más de 20 años trabajando en la Laguna de Chiricahueto recolectando huevos de los nidos del Cocodrilo americano o caimán, que incuba, alimenta y cuida en su casa para posteriormente ser liberados en la laguna.

30 octubre, 2020
“Beto caimán”: Mención honorífica del Premio al Mérito Ecológico Sinaloa 2020
“Beto caimán”: Mención honorífica del Premio al Mérito Ecológico Sinaloa 2020

Dr. Xicoténcatl Vega Picos

Ahí estaba el “Beto caimán”. El escenario no podía ser más idóneo: el Jardín Botánico de Culiacán. El ruido pausado del agua que corría por una de las tantas acequias que irrigaba el área donde se llevó a cabo la ceremonia, predominaban las diversas especies de bambúes. Inclusive en uno de los estanques voló una Garza Blanca, la cual fue observada con fascinación por algunos de los asistentes, también se escuchaba el canto de algunas especies de pájaros, poco, pero se escuchaba, debido al barullo de los asistentes a la ceremonia de premiación.

Fue una ceremonia corta y sencilla pero emotiva, en donde los diversos galardonados fueron entrevistados y explicaron el por qué recibieron este significativo premio que pone en alto a los otros “héroes desconocidos” en Sinaloa.

Lee: No a la deforestación, sí a las Áreas Naturales Protegidas

Los primeros sabemos que son todo el personal médico que atiende el COVID 19. Uno de estos héroes desconocidos en Sinaloa es Heriberto Salomón Arellanes, mejor conocido como “Beto caimán”. ¿Qué hizo el Beto caimán para merecer una mención honorífica en este significativo premio?

El Beto caimán tiene más de 20 años trabajando en la Laguna de Chiricahueto recolectando huevos de los nidos del Cocodrilo americano o caimán (Crocodylus acutus), los cuales son transportados a su casa en donde son incubados, alimentados, y cuidados para posteriormente ser liberados en la laguna. Su perseverancia y entrega voluntaria por la conservación de esta especie que se encuentra en Protección Especial dentro de la NOM 059 SEMARNAT 2010 y Anexos del 2019.

Se dice fácil: recolectar, transportar, incubar y liberar una especie silvestre. Pero en este caso ¿qué especie? Una especie que por naturaleza es agresiva, que ataca cuando se ve amenazada o que siente que han invadido su territorio. Es una especie que utiliza la sorpresa para cazar a sus presas, las cuales pueden ser aves, pequeños mamíferos y peces, entre otros.

Los cocodrilos son animales longevos, en cautiverio pueden vivir casi 50 años. En temporada de reproducción una hembra puede hacer sus nidos en solitario o se puede asociar con otra hembra; pueden poner hasta 40 huevos cada una, cuando nacen las crías son sacadas de los nidos y transportadas en el hocico por la madre hasta un cuerpo de agua en donde quedan expuestos a otros depredadores.

Estos animales juegan un papel importante en la conservación de los ecosistemas debido a que mantienen un equilibrio en su hábitat al estar en la parte más alta de la cadena alimenticia, pero también por el papel de “canaleros” que hacen en los sitios que habitan. Por ejemplo, en la laguna de Chiricahueto, que es un humedal cerrado, con presencia de agua dulce y salada, en donde abunda se tiene una vegetación de manglar, espejos de agua y en los últimos años con especies de plantas exóticas como el tule, lirio acuático y pino salado. Estos animales contribuyen a mantener una hidrodinámica en ese ecosistema. ¿Cómo lo hacen? Al pasar entre toda esta vegetación van dejando un sendero que durante las mareas altas sirven como canales para la entrada de agua salada, favoreciendo con esto el equilibrio en este ecosistema.

Lee: La fiesta de la Taspana, 160 años en la historia en San Javier

Desde luego que toda la problemática ambiental antes descrita es real, y seguro que existen más, pero es gracias a la infinidad de cocodrilos que el Beto caimán ha devuelto a esta laguna, que Chiricahueto aún mantiene cierta viabilidad ecológica. De esa magnitud es el aporte de este héroe desconocido, quien no solo lo hace de manera voluntaria, sino que le “pone de su bolsa” para la alimentación de todos ellos y el suministro de todos los insumos que se requiere para su operación.

Así como cuida de estos animales, también utiliza a estos cocodrilos como un mecanismo para impartir clases de educación ambiental, ya sea en las escuelas de las comunidades cercanas, o cuando se coordina con los maestros para liberar a los pequeños cocodrilos. Una experiencia única que de seguro perdurará en estos niños de manera permanente.

Por eso y más la mención honorifica es más que merecida para el Beto. Aprovecho la presente para felicitar al resto de los galardonados y a la Secretaría de Desarrollo Sustentable por honrar a aquellos que han contribuido para tener un mejor Sinaloa en términos ecológicos.


Enlaces patrocinados