Se engalana San Quintín con las amapolas anaranjadas

El lomerío del seco desierto se llena de vida con las lluvias de invierno y rebrotes de primavera

Después de tener un paisaje compuesto de un árido desierto durante casi todo el año, de repente la llegada del invierno trae las lluvias… la escasa humedad propicia la emergencia de pequeñas plantas, y entre ellas se engalana San Quintín con las amapolas anaranjadas.

Desde hace pocas décadas San Quintín Baja California empezó a figurar en el diálogo de los mexicanos, ya que siendo una zona desértica de Baja California parecía no tener utilidad, ni futuro económico.

Un grupo de empresarios con amplia visión encontraron modo de hacer agricultura especializada para mercados selectos, y ahora cuando se habla de San Quintín se refieren al lugar donde se producen espárragos, fresas, chiles, tomates orgánicos y suculentos berries.

En lo sucesivo lo que dará sentido estético a los visitantes es recorrer el lomerío durante fines de invierno y principios de primavera, porque los campos se visten de color naranja con las amapolas silvestres que le dan identidad.

Se trata de una planta de la especie de la familia de las papaveráceas (igual que la amapola que se usa en la producción de goma de opio, pero con un pedúnculo delgado y pequeño que no sirve para rayarse), conocida como Schscholzia califórnica, originaria de California en Los Estados Unidos y una porción de Baja California México.

>>El pájaro bandera, con identidad nacionalista

En alguna ocasión tuve la oportunidad de visitar los campos agrícolas de Arnulfo Silva y los hermanos Magaña, en esa región de Baja California, me impactó ver cómo se hace agricultura en medio de lomas, donde en período de secas es una constante polvareda con plantas muertas de “cachanillas” rodando por las laderas.

Y a finales del invierno vi el mismo paisaje vestido de verde-amarillo con plantas de mostaza de pequeño tamaño, debido a la escasa lluvia.

Si te gustan estas rarezas y quieres disfrutar de algo más extraordinario, tendrás que acercarte a los campos de Colonet y Díaz Ordaz, donde abundan las amapolas, en un jardín silvestre que sólo la sabia naturaleza puede sostener.

Jésica Osorio Heras estuvo esta temporada de inicios de primavera, y pudo captar a plenitud la flora del desierto. Una vasta extensión del desierto se cubre con amapolas, pero en la misma zona otras plantas compiten siendo invasivas del espacio para dejar desarrollar sus hermosas flores de diferentes tonalidades, de ellas salen las semillas que dan perpetuidad a la especie.

En ese lugar de Baja California, donde poco llueve, de repente algunos inviernos son generosos dejando que el agua fluya transparente por los arroyos arenosos. Es la generosidad de la vida donde todo es resequedad.

A la amapola de color naranja se le conoce también como amapola de California, campanilla, dedal de oro, rasete, raso y fernandos.

En los Estados Unidos de América los alrededores de la Ciudad Lake Elsinore, del condado de Riverside, California, las grandes extensiones de amapolas silvestres se constituyeron en un notorio espectáculo para el turismo, la primavera del 2019 atrajo en un solo punto a más de 60 mil personas, obligando al cierre temporal del cañón por el daño causado a las flores.

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En Estados Unidos, como en México, las amapolas anaranjadas terminan su floración a principios de abril, dejando caer sus semillas, con la que se alimentan animales silvestres, y se propaga la especie.

Estas amapolas tienen uso medicinal, pues al igual que la mayoría de las papaveráceas tienen alcaloides y receptores opioides con estructuras parecidas a las B-endorinas o dinorfinas, con efecto hipnótico-analgésico.

Ya lo sabes, si en los días de finales de invierno y principios de primavera andas por la región de Tijuana o Ensenada, no pierdas la oportunidad de visitar las comunidades de Colonet, Díaz Ordaz y San Quintín, con campos cubiertos de amapolas. El más extraordinario jardín del desierto.

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